El cronómetro medioambiental de acreditar una media de emisiones de CO2 de 95 gramos por kilómetro recorrido se ha puesto en marcha. Desde el 1 de enero, y hasta el próximo 31 de diciembre de este año, los fabricantes de automóviles que quieran comercialzar un vehículo en Europa deberán justificarlo en el cómputo de su gama. Algunos se alarmarán, pero la normativa no debería pillar de improviso ya que se aprobó en febrero de 2014.

«El objetivo de los 95 gramos por kilómetro representará un ahorro de 50 millones de toneladas de emisiones de CO2 por año», aseguró el ponente de la legislación aprobada por el Parlamento Europeo, el eurodiputado alemán del grupo popular Thomas Ulmer.

MULTAS MILLONARIAS / Los que no cumplan con ello deberán abonar multas millonarias al calcularse estas en función del número de vehículos que hayan vendido en todo el año. Serán 95 euros por gramo que se exceda de la media permitida de 95 gramos.

Dos gramos de desviación en una marca como Seat (que vende básicamente en Europa), cuya media actual de 2019 podría estar tres gramos por encima, supodría una sanción de 156.675.000 euros, teniendo en cuenta que cerraría 2019 con cerca de 550.000 vehículos vendidos. No obstante, los fabricantes ya tienen prevista la medida y en 2020 su gama bajará notablemente el número de emisiones con la introducción de modelos electrificados (híbridos y eléctricos). La medida no se aplicará por iguala las marcas que vendan menos de mil coches al año.

Los nuevos límites de emisión solo se aplicarán al 95% de los nuevos automóviles en el primer año de entrada en vigor de la normativa y los fabricantes podrán compensar durante dos años de forma ventajosa las emisiones más contaminantes de vehículos de gran cilindrada con las bajas emisiones de los coches superecológicos.

De este modo, un coche nuevo que emita menos de 50 gramos de CO2 computará dos veces a la hora de calcular la media de emisiones de las marcas en el 2020, para facilitar que cumplan la media de 95 gramos.

Esta ponderación excepcional se irá reduciendo de forma paulatina y en el 2023 los coches ecológicos dejarán de ofrecer esa bonificación extra y contarán como un solo automóvil. En el camino, algunas argucias, como la introducción masiva de vehículos eléctricos y las asociaciones con marcas que solo fabrican este tipo de coches.

TESLA, EN CHINA / Y en este contexto del automóvil, menos de un año ha tardado Tesla en construir su primera planta fuera de Estados Unidos, en concreto en China. Ya dijo Elon Musk que su plan era producir coches en el gigante asiático a finales de este año. Pocas veces se cumplen las fechas que lanza el emprendedor, solo hay que recordar la demora con el Model 3, pero esta vez, ha conseguido su propósito.

Tesla compraba en octubre del año pasado un terreno de 864.995 metros cuadrados en Shanghái por 121,44 millones de dólares en el que inició, el pasado 7 de enero, la construcción de lo que iba a ser su Gigafactory en el mercado más importante del mundo, tanto para vehículos de combustión como eléctricos, por volumen. No en vano, a China van a parar más de la mitad de los eléctricos producidos en todo el planeta.

Tesla ha invertido más de 2.000 millones de dólares, lo que al cambio viene a ser unos 1.780 millones de euros, para levantar su nueva planta.