--¿Cómo se está desarrollando la actual campaña tabaquera?

--La campaña agrícola ha sido buena, a diferencia de la anterior, en la que se perdieron casi 3 millones de kilos debido al exceso de lluvias. La campaña de compra se ha desarrollado con normalidad. Vamos a comprar una cantidad muy cercana a la contratada y con una calidad algo superior a la del año pasado.

Cetarsa ha incrementado el precio medio de sus tabacos en más de un 30%. Ello, como puede suponer, ha representado un enorme esfuerzo para la empresa, pero había que tener en cuenta el efecto que sobre el coste del cultivo tuvieron el aumento de precios de determinados productos como el gasóleo, que actualmente ha bajado, la electricidad y los fertilizantes, entre otros.

--¿Cómo ve la próxima campaña, que será la última que se rija por la actual OCM?

--La próxima campaña es muy importante para la continuidad del cultivo del tabaco y para el mantenimiento de la actividad y el empleo en la zona tabaquera. Estamos transmitiendo a todos los cultivadores nuestro deseo de que no se reduzca el nivel de producción y lo crucial que es mantener la contratación. Si no es así, nuestra posición ante los grandes clientes para la campaña 2010, ya con la nueva OCM, se debilitará considerablemente y buscarán otros orígenes, distintos del extremeño, para suministrarse de tabaco con el consiguiente perjuicio para todos.

En relación con los precios de compra del tabaco para la próxima campaña, que es un tema, como es lógico, muy sensible para el cultivador, la intención de Cetarsa es continuar con su política de hacer aumentos de precios razonables y sostenibles a medio plazo, que sean coherentes con la cuantía de los costes del cultivo y la tendencia del mercado internacional. En el 2009 ciertos elementos del coste del cultivo han bajado fuertemente y existen indicios de que la tendencia al alza del mercado internacional ha tocado techo por los aumentos previstos de la producción en Malawi y China. En todo caso, estamos obligados a evitar, a diferencia de algún otro país europeo productor de tabaco, subidas de precios especulativas, como la que hubo en España en la cosecha 2002 y que llevó al cierre de sus operaciones en nuestro país a una multinacional importante, a una fuerte acumulación de stocks y al abandono de sus compras en España de alguna manufacturera.

Este no es momento de aventuras arriesgadas. Estamos en una encrucijada en la que debemos transmitir a nuestros clientes el mensaje de que podemos seguir suministrando tabaco de calidad de manera estable y en condiciones cada vez más competitivas y a nuestros proveedores, si confían en nosotros, que vamos a comercializar su tabaco y que lo haremos a los mejores precios posibles para ellos.

--¿Considera que las últimas decisiones tomadas en Bruselas condenan a la desaparición total del cultivo?

--En absoluto. Todos, hemos luchado como una piña para que se ampliara el período transitorio hasta 2013 y continuaran las ayudas acopladas a la producción. Bien, no se ha conseguido, pero tampoco debe cundir el desánimo. Se han logrado cosas importantes, como la de incluir el tabaco en la agenda de la PAC, lo que a la postre será un elemento básico para la continuidad del cultivo, y se ha logrado la autorización de ayudas que pueden ser significativas para las explotaciones de pequeña dimensión. Pero lo fundamental es que contamos con el apoyo total de nuestras autoridades, tanto autonómicas como nacionales, y estamos convencidos de que se encontrarán soluciones para continuar la producción de tabaco en Extremadura. Ahora también es tiempo para que, de nuevo, todos unidos trabajemos, que nos coordinemos con nuestros colegas europeos y busquemos soluciones. Sé que en esa línea está trabajando la Unión Europea de Cultivadores de Tabaco (Unitad) y así lo estamos haciendo también la Unión Europea de Transformadores de Tabaco (Fetratab).

--Se ha hablado de reducción de costes en el cultivo, en la industria y de subidas de precios como única forma de continuar la producción. ¿Cómo afrontaría Cetarsa ese reto?

--Cetarsa está en ese aspecto en una posición buena. Desde 2004, en que tomé posesión como presidente, he puesto en marcha en la empresa políticas de reducción de costes, incrementos de productividad e inversiones para mejorar nuestra competitividad, que han supuesto el mayor esfuerzo inversor desde la creación de Cetarsa. Esto nos coloca en una situación de costes equiparable a los estándares internacionales de las mejores empresas europeas.

Por lo que se refiere al cultivo, y éste es un tema que compete a los cultivadores y sus agrupaciones, parece que pueden llevarse a cabo algunas acciones que mejoren los costes sin detrimento de la calidad. Una de esas acciones, por ejemplo, es la utilización de biomasa para el curado de tabaco, algo que Cetarsa comenzó a impulsar en el año 1993 y que hoy en día supone cerca del 20% de nuestras compras. Es una medida que ha resultado eficaz, sobre todo con precios altos del gasóleo. Pero, si se pretende un uso extensivo de esta fuente de energía, es necesario asegurarse el suministro y centralizar las compras con objeto de evitar un crecimiento no deseado del precio.

Finalmente, sobre las subidas de precios a que usted alude, parece claro que el efecto de la eliminación de la prima acoplada no puede compensarse con una adecuada optimización de los costes. Van a ser necesarias bien ayudas nacionales, bien acuerdos a plazo con las multinacionales para que paguen unos precios adecuados al carácter diferencial del tabaco europeo. En la medida que esto se haga, Cetarsa trasladará sus aumentos de precio a los cultivadores.

--¿La crisis económica acabará haciendo mella en el consumo? De momento, grandes compañías han subido precios y el Estado ha subido impuestos. Fumar se está volviendo imposible.

--El consumo de tabaco depende más de la fiscalidad y de las políticas antitabaco de las autoridades sanitarias que de las crisis económicas. Además, sin ánimo de evaluar las subidas de precios o de impuestos, quiero recordarle que la reducción de consumo del tabaco, en particular de los jóvenes, es un objetivo del gobierno y yo con este objetivo estoy plenamente de acuerdo. Creo también que hay que desvincular el lugar de producción del tabaco de su consumo. La gente no dejaría de fumar en España por que no se produjera tabaco en Extremadura. Y, finalmente, los precios de cigarrillos son competencia de las empresas que los fabrican, que son nuestros clientes, y las estadísticas lo que nos dicen es que tenemos los precios de los cigarrillos más bajos de la Europa de los quince. En el año 2008, el precio medio de la cajetilla de tabaco en España se situó en 2,40 euros, mientras que en Alemania fue de 4,70 euros, en Reino Unido de 8,10 euros y en países productores tradicionales de tabaco como Francia e Italia los precios fueron de 5,30 y 3,50 euros, respectivamente. En Portugal el precio era de 3,30 euros. Dado que la presión fiscal en porcentaje del precio de venta al público es similar, eso significa que en Europa los ingresos por cajetilla son muy superiores a los obtenidos en España. Este es un factor que considero importante resaltar al hacer las comparaciones de precios con Europa, porque no existe un mercado único europeo del tabaco. Los precios son distintos de un país europeo a otro tanto para el tabaco en rama, como para el tabaco transformado y las labores del tabaco, por las diferencias existentes en la calidad, los costes y su fiscalidad, entre otros factores.

--El consejero de Agricultura, Juan María Vázquez, insiste en que las medidas aprobadas por el Gobierno y la Junta "dejan la puerta abierta" a que el cultivo se mantenga a partir de 2013, ¿está de acuerdo?

--Lo que sí sé a ciencia cierta es que el consejero de Agricultura y el presidente de la Junta están poniendo todo su esfuerzo en mantener el cultivo del tabaco en Extremadura hasta el 2013, en colaboración con el Ministerio de Medio Ambiente y Medio Rural y Marino, y sentar las bases para garantizar su continuidad después del 2013.

--El presidente de Agroexpansión SA y World Wide Tobacco España SA cree que todo se solucionaría con un impuesto por cajetilla de tabaco vendida en la península. ¿Le parece buena idea?

--Veo que el señor Bermejo comparte la opinión general de que son necesarias ayudas que sustituyan en parte a la prima acoplada. Lo que sugiere es una solución que se está aplicando en algunos países, como Argentina y Suiza, pero en ninguno de la Unión Europea. Parece que podría haber un problema de encaje con la legislación comunitaria sobre ayudas de estado.

--¿Cómo está Cetarsa fomentando la calidad de la producción tabaquera?

--En el momento en que me incorporé a Cetarsa, en julio de 2004, existía un gravísimo problema de excedentes de tabaco español, como ya he mencionado, que era debido, en parte, a una notoria bajada de la calidad. Para resolver el problema, además de intensificar la asistencia técnica prestada a los cultivadores, se introdujo una clara diferenciación de los precios de compra por calidades. Esta necesidad de incrementar la calidad ha sido entendida claramente por el conjunto de los agricultores, gracias a cuyo esfuerzo hemos vivido un proceso de mejora paulatina de nuestros tabacos, que ha permitido que alguna empresa manufacturera que había abandonado sus compras en España haya vuelto a incorporar en su programa mundial de compras los tabacos aquí producidos. En realidad, esta política de Cetarsa ha sido reconocida por el agricultor en la forma más importante para nosotros, aumentando la cuota de mercado que nos contrata del 49% en el 2003 al 75% actual. Este nos ha permitido compatibilizar los objetivos de reducir los costes medios de transformación y de mantener niveles de empleo adecuados.