El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, explicó ayer a los líderes de las principales economías del mundo (el G-20), reunidos en Toronto, que España ya tiene un mecanismo de resolución de crisis del sistema financiero para hacer recaer sobre la banca el coste de los posibles rescates. Durante su turno de intervención en la reunión del G-20, Zapatero explicó las peculiaridades del Fondo de Garantía de Depósitos (FGD) español, que es lo más parecido al impuesto sobre la banca por el que aboga la Unión Europea (UE) en su conjunto y en EEUU.

En un receso del encuentro, la vicepresidenta segunda y ministra de Economía, Elena Salgado, explicó que el Gobierno está dispuesto a aumentar la contribución que las entidades españolas hacen a este fondo, que en la actualidad constituye un porcentaje de hasta el 0,01% sobre los depósitos. "Tal vez sea necesario tomar en cuenta otros pasivos, como las emisiones o los productos del mercado interbancario", agregó la ministra.

Sea como fuere, la reunión del G-20 concluyó ayer con un comunicado en el que "expresa apoyo para que el sector financiero haga una contribución sustancial y justa para pagar el coste de las intervenciones del Gobierno destinadas a reparar el sistema financiero, cuando estas hayan sido necesarias". El G-20 recomienda que cada país diseñe un mecanismo de resolución de crisis financieras, pero deja libertad para hacerlo a través de una tasa bancaria o de cualquier otro mecanismo.

ESPERAR A SEUL Había expectativas sobre la posibilidad de que la reunión de Toronto del G-20 finalizara con una reprimenda a los mercados por su actitud ante el desarrollo de una crisis que ellos han generado. Habrá que esperar a la cumbre del G-20, en noviembre, en Seúl. "Tenemos la responsabilidad de poner deberes a los mercados financieros", afirmó Zapatero en su turno de intervención. El presidente pidió que el Fondo Monetario Internacional (FMI) lleve a la reunión de Seúl un informe sobre "mecanismos para la contención de la especulación de los mercados".

El otro gran tema en la agenda de Toronto era el dilema entre reducir el déficit o el mantenimiento de las políticas de gasto público con el fin de estimular el crecimiento. El comunicado final recomienda reducir el déficit "a la mitad" en el 2013, respecto al del 2009, si bien avisa: "Los países con graves retos fiscales deben acelerar el ritmo de la consolidación".

"CUMPLE SOBRADAMENTE" España, muy castigada por los mercados, ha previsto pasar de un déficit del 11,2% del PIB en el 2009 al 3% en el 2013. "España cumple sobradamente" con la recomendación del G-20 afirmó Salgado. Según la vicepresidenta, "existe un sentimiento general de que la confianza es el factor primordial para el crecimiento. "Si con la corrección del déficit generamos más confianza, eso debe ser entendido como un factor de crecimiento", dijo.