Los españoles cambian de móvil cada vez más rápido. El 40% asegura que lo hace cada año y medio, según datos de Motorola, pero la tendencia es incluso a menos tiempo: cada 16 meses, según la cadena de tiendas The Phone House. La principal motivación es que falla el aparato (32% de los casos), pero cada vez cobra más importancia el deseo de tener uno mejor (otro 32%, pero al alza respecto al año anterior), según coinciden los fabricantes. Otro estudio europeo, realizado por la consultora Telephia, sitúa a España como el país donde más deprisa se renueva el terminal, por delante de Italia, el Reino Unido y Suecia.

"Un móvil es un aparato técnicamente muy sofisticado, pero que sufre mucho porque lo llevas siempre encima", explica Luis Pérez, analista de mercados de Motorola España. Curiosamente, la sustitución por rotura o inutilización del terminal ha pasado del 40% del año pasado al 32% de este. Un 13% de usuarios aseguran que lo cambian por fallos en la batería, y solo un 5% lo hace porque se lo han robado. Lo que aumenta, según los analistas, es el deseo de entrar en una nueva tecnología, sea por la cámara de fotos, los reproductores MP3 o los servicios de tercera generación, como la descarga rápida de datos y la vídeollamada, dicen en Benq Siemens.

Un español, en media, ha tenido 4,26 móviles a lo largo de su vida, según datos de The Phone House. Eso, cuando han pasado 10 años desde el lanzamiento comercial de los servicios de telefonía móvil en España, y apenas siete del gran auge de 1999, donde se dobló la cifra de clientes en un año hasta llegar a los actuales 42 millones de usuarios.

CAMBIO DE OPERADORA Pero el relevo del aparato supone, muchas veces, la tentación de cambiar de compañía, porque el usuario puede conseguir un terminal más barato. La clave está en las altas subvenciones a los aparatos que aplican las operadoras, que mueven el 82% de los móviles que se venden en España, según Nokia. Para no perder ese flujo, las compañías han empezado a aumentar sus subvenciones a los clientes más antiguos, con los famosos puntos, que el usuario acumula gracias a sus consumos. Solo Telefónica cambió un millón de terminales durante el primer trimestre de este año, un 4% más que el ejercicio anterior.

"Pero hay también un problema de modelo comercial, y es que muchas veces cuesta lo mismo o incluso menos cambiar de móvil que sustituir una batería, por ejemplo", señala Pérez.

RECAMBIO Muchos usuarios se inclinan por cambiar el terminal antes que por iniciar el peregrinaje en busca del recambio. "Al igual que las pilas, cada batería tiene un número de ciclos de carga. Si se hace un uso normal, la batería funcionará aún cuando se decida cambiar de terminal. Si se hace un uso exhaustivo del terminal --hablando, descargando datos o conectándose con él por bluetooth o desde zonas con poca cobertura--, la batería se agotará antes. Hay usuarios que compran una segunda batería para tener otra cargada para una emergencia", explica Reyes Justribo, directora de márketing de Nokia España.

Las baterías, sin embargo, son otro de los motivos principales para sustituir el móvil: un 13% de usuarios así lo señala. Un uso correcto de la batería permite 300 ciclos de carga, una media de 1.200 días, si se hace un uso moderado del terminal y se recarga cuando se hayan agotado o estén próximas a su final. En este sentido, las modernas de litio permiten solventar problemas como el efecto memoria, que reduce la capacidad de recarga o problemas derivados de las recargas rápidas con los distintos accesorios para el coche.