La reforma laboral que entró en vigor el 1 de julio tiene tres objetivos: fomentar la competitividad de las empresas, aumentar el empleo estable y favorecer la cohesión social. Respecto a la primera meta, la reforma reducirá las cotizaciones por desempleo que pagan las empresas 0,50 puntos en un plazo de tres años. También rebaja la cuota que abonan al Fondo de Garantía Salarial hasta dejarla en el 0,2%.

BONIFICACIONES

La reforma fomenta la contratación indefinida seleccionando mejor los colectivos beneficiarios y extendiendo su aplicación a los jóvenes varones entre 16 y 30 años. Las ayudas dejan de ser una subvención sobre las cotizaciones y serán una cantidad fija por contrato.

MENOS TEMPORALIDAD

Los firmantes ponen en marcha un plan de choque para reducir la temporalidad injustificada. Hasta el 31 de diciembre, se pueden convertir trabajadores precarios en fijos con ayudas de 800 euros durante tres años. Además, todos los contratos temporales de antes del 31 de diciembre del 2007 podrán convertirse en indefinidos de fomento del empleo estable con indemnización de 33 días por año trabajado en vez de 45.

SUBCONTRATAS

La reforma también obliga al empresario a convertir en indefinido a un trabajador que lleve dos años como temporal. El acuerdo regula la subcontratas y mejora los servicios de inspección.