En un edificio de Barcelona, sin distintivos, hay uno de los estudios de videojuegos español más exitosos. Se llama Novarama y es el creador del juego para la PSP Invizimals. Este título agotó las existencias en España antes de Navidad y ha vendido 320.000 copias en Europa y Asia. Con las ventas en América, donde se lanzará este año, prevén llegar a las 700.000 copias.

Daniel Sánchez-Crespo, director de Novarama, está satisfecho porque han recibido un premio del Ayuntamiento de Barcelona en la categoría de Innovación Tecnológica: "Tiene un valor simbólico en estos tiempos, podemos ser un referente para innovar".

Novarama nació en el 2003, fruto del esfuerzo de siete socios, que siguen siendo los mismos. La plantilla actual es de 15 trabajadores. "Estamos contratando y subiendo sueldos", asegura Sánchez-Crespo, un ejemplo de emprendedor nato (esta es su tercera empresa) que defiende la cultura del riesgo. "Si algo sale mal, no pasa nada, solo intentarlo ya es una experiencia". Está convencido de que la industria del videojuego tiene potencial para sacar al país de la crisis.