Los concesionarios de automóviles y los fabricantes temen que la desaparición de las ayudas públicas del Plan Prever a partir del próximo mes de enero, si el Gobierno no se replantea sus planes en lo que queda de año, puede tener más de un efecto indeseado. Uno de ellos es que muchos de los coches que hasta ahora se acogían a las ayudas al achatarramiento acabarán vendiéndose en el mercado de segunda mano, pese a ser vehículos más contaminantes. En el periodo de enero a noviembre de este año, un total de 262.200 vehículos se dieron de baja del parque acogiéndose a las ayudas facilitadas por el Plan Prever al renovar el viejo coche.