En plena tormenta financiera y después de que el Estado belga haya tenido que intervenir para impedir la quiebra de Fortis, el grupo bancario y asegurador invitó ayer a 50 personas a un almuerzo gastronómico en el restaurante Luis XV de Mónaco, el más lujoso del principado y con tres estrellas Michelín, con un coste estimado de 150.000 euros.

"Es un insulto a los ahorradores y al Estado", declararon tras conocerse la noticia los dirigentes del Partido Socialista francófono, miembro de la coalición gubernamental. El evento también contribuyó a acentuar el malestar de los pequeños accionistas belgas de Fortis, que han visto reducido el valor de sus títulos a casi nada en un año.

Fortis justificó el almuerzo como una "práctica habitual" para gratificar la labor de sus agentes de seguros. El grupo, no obstante, reconoció que a la comida asistieron "algunos miembros de la dirección".

Bélgica, Holanda y Luxemburgo tuvieron que inyectar el 28 de septiembre 11.200 millones de euros para evitar la quiebra de Fortis. Posteriormente, el grupo fue fragmentado. Holanda nacionalizó los activos de su territorio para quedarse con lo mejor del grupo, y el resto fue adquirido por BNP Paribas.