La evolución negativa del producto interior bruto (PIB) de Alemania y Francia en el segundo trimestre del año puede repetirse en los próximos meses. Los ministros de Economía de los principales motores de Europa coincidieron en augurar ayer que registrarán nuevos resultados negativos antes del segundo semestre del 2009. El producto interior bruto de Alemania y Francia ya cayó un 0,5% y un 0,3%, respectivamente, en el segundo trimestre de este ejercicio. Las primeras declaraciones de los ministros de economía de ambos países tras esos datos han incrementado el pesimismo.

La ministra de Economía francesa, Christine Lagarde, ha advertido de que no cabe esperar resultados positivos en su país en el tercer trimestre del 2008. En una entrevista publicada en el diario Le Figaro, Lagarde ha explicado que, en un contexto de recesión global, "Francia no está aislada y ha sufrido como sus vecinos el vertiginoso aumento del precio de las materias primas y del valor euro".

El responsable de la cartera económica alemana, Michael Glos, tampoco ha descartado que el proceso de desaceleración continúe. Aunque Berlín mantiene sus previsiones de crecimiento del 1,7% en el 2008, el ministro ha añadido que, "para el próximo año, esos resultados serán un poco más difíciles de conseguir". Glos justificó estas previsiones negativas por el efecto de la recesión global que inevitablemente afecta a la economía del país. "Si la coyuntura mundial se debilita, un país exportador como Alemania se resiente", afirmó. En todo caso, el ministro descartó utilizar el concepto de recesión para Alemania y lo limitó a una "ralentización del crecimiento de la economía".

SIGNOS DE DEBILIDAD Las muestras de debilitamiento de ambos países ponen de manifiesto que la crisis económica mundial afecta de forma cada vez más evidente a las principales potencias europeas. Los resultados del PIB del segundo trimestre reflejan una fuerte desaceleración de sus economías. Los datos negativos del segundo trimestre contrastan con los del primero, cuando Francia cerró con un crecimiento del 0,4% y Alemania, del 1,3%. Además, ante las cifras obtenidas en los últimos años, cabe destacar que el PIB alemán no tenía resultados negativos desde el 2004. Pero la tasa interanual es positiva, del 1,7% en Alemania y del 1,1% en Francia. En el conjunto de la eurozona, el retroceso en el segundo trimestre ha sido del 0,2%, el primer decrecimiento desde la puesta en marcha de la Unión Económica y Monetaria.

El Banco Central Europeo ha advertido de una ralentización de la expansión económica, así como la pérdida de poder adquisitivo en los hogares europeos más fuerte de lo previsto inicialmente. A pesar de ello, la entidad monetaria espera que las economías emergentes estimulen las exportaciones de la UE.