Ante la falta de acuerdo, las 20 principales economías mundiales, cuyos representantes están reunidos este fin de semana en Berlín, descartaron ayer una intervención concertada de bancos centrales para detener el descenso del dólar y la consiguiente escalada del euro y del yen japonés.

"Nadie se ha mostrado partidario de una intervención" sobre el mercado de cambios, resumió una fuente próxima al Gobierno alemán, que actúa de anfitrión, y que, sin embargo, encarna la opción más favorable a una actuación concertada.

CRITERIOS OPUESTOS La idea de descartar una intervención está impulsada por la Administración de EEUU y va en contra de los intereses del Gobierno alemán, cuyo canciller, Gerhard Schröder, sí reclamó algún tipo de actuación: "el banco central europeo y los otros bancos centrales deberían hacer algo", dijo, sin precisar más. El crecimiento de la economía alemana depende fuertemente de sus exportaciones, cuyos precios se han encarecido en torno al 30% por la apreciación del euro.

En el seno del G-20 se reúnen los ministros de Finanzas y los banqueros centrales de los países del G-7 (Estados Unidos, Japón, Alemania, Francia, Italia, Gran Bretaña y Canadá) junto con los de las grandes economías emergentes, como China, India, Brasil o Turquía.

La debilidad del dólar y la escalada del euro no está en la agenda formal de esta reunión anual del G-20. Sin embargo, se ha convertido en el tema principal de los debates.

El ministro de Economía alemán, Hans Eichel, fue el encargado de transmitir las primeras conclusiones consensuadas en las reuniones de ayer. Eichel señaló que los países asistentes han coincido en que el desequilibrio que existe en la economía mundial "no debe conducir a que haya cambios abruptos en los precios del petróleo y en los tipos de cambio monetarios".

TODOS A UNA La primera conclusión alcanzada ayer es que todos los países tienen que contribuir a evitar los cambios abruptos en los mercados de divisas. A EEUU le corresponde frenar su déficit presupuestario, compromiso asumido en esta misma reunión por el secretario del Tesoro, John Snow. A Europa y Japón, les toca reforzar sus reformas estructurales de cara a un mayor crecimiento. A China y al sureste asiático, les corresponde ser más flexibles para dejar flotar más libremente sus monedas en los mercados de divisas.

El doble déficit de EEUU --fiscal y comercial-- es considerado uno de los principales motivos de la actual debilidad del dólar. Sin embargo, el Gobierno de EEUU no quiere asumir en solitario esta responsabilidad y considera que el débil crecimiento de Europa está en el origen del desequilibrio actual.