El grupo de los siete países más industrializados (G-7) reiteró ayer al Gobierno chino, en la reunión del Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial que se celebra en Singapur, la necesidad de flexibilizar el cambio de su moneda --el yuan-- para que suba la cotización. Los socios comerciales más importantes de China, con EEUU a la cabeza, han exhortado al gigante asiático a revalorizar su moneda para equilibrar su superávit comercial, que es de 81.000 millones de euros. Una apreciación del yuan provocaría un encarecimiento de las exportaciones chinas con la consecuente merma de competitividad. El yuan se ha revalorizado un 2% respecto al dólar desde que China fijó el cambio en el 2005.