El Gobierno intentará frenar la retirada de la multinacional estadounidense Delphi, que cumpla la legalidad española y mantenga la actividad en su fábrica de Puerto Real (Cádiz), según anunció ayer el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, en una comparecencia en el Congreso.

El jefe del Ejecutivo anunció que ha ordenado a la Abogacía del Estado que se persone en el proceso judicial abierto en los juzgados y analice "con lupa" la "posible quiebra" anunciada por la compañía.

Rodríguez Zapatero explicó que tanto la Administración central como la Junta de Andalucía trabajan "codo con codo" para exigir a Delphi el cumplimiento del plan industrial firmado con los sindicatos en el 2005. "El Gobierno tiene un compromiso firme y decidido con el futuro de los trabajadores y de la bahía de Cádiz", añadió el presidente.

RESPALDO MASIVO Mientras tanto, la bahía de Cádiz mostró ayer su respaldo de forma masiva a la convocatoria de huelga general en protesta por el cierre de la factoría. Los 14 municipios llamados al paro por UGT y CCOO amanecieron ayer desiertos. Los sindicatos cifraron el seguimiento en más de un 95%. Solo la patronal criticó la convocatoria por "innecesaria" y "dañina para la economía de la comarca", y lamentó las "coacciones" a algunos comerciantes.

Los turistas no daban crédito a lo que veían. Calles desiertas, colegios y hospitales cerrados --salvo los servicios mínimos--, transporte público parado y comercios sin abrir. A la huelga se sumaron incluso dos grandes almacenes de El Corte Inglés. El gesto fue agradecido por los sindicatos, ya que el grupo de distribución no acostumbra a secundar ningún paro. "Han comprendido que no era una protesta contra nadie sino a favor del empleo", señalaron.

La jornada transcurrió sin incidentes violentos, aunque los piquetes informativos protagonizaron altercados en las primeras horas del paro tras quemar contenedores y volcar un coche abandonado ante las cocheras de los autobuses de Cádiz.