No era necesario hacer mucho para dejar al Ibex 35 en números rojos y ayer la desconfianza de los inversores provocó lo que muchos se temían desde hace tiempo. El índice bajó el 1,26% hasta los 14.124,8 enteros, lo que significa que el índice español ha entrado en pérdidas anuales, concretamente el 0,15%. El parquet se lanzó ayer a vender, especialmente acciones de Telefónica, que tornó su rumbo alcista --siete subidas consecutivas hasta ayer-- por una caída del 1,23%. Asimismo, ayer se negociaron títulos de la empresa de telecomunicaciones por valor de 593,2 millones de euros.

Pero las causas del desánimo comprador hay que buscarlas en el cierre de Walt Street del día anterior, en la apertura a la baja de la plaza neoyorkina acosada por los datos del descenso del precio de la vivienda en EEUU --sin parangón desde 1987-- y a las malas expectativas que tienen los analistas sobre los bancos de inversión del otro lado del Atlántico (Bear Stearns, Citigroup y Lehman Brothers), por la crisis de los créditos hipotecarios subprime .

Además, había otros datos que invitaban al pesimismo como la subida del precio del petróleo Brent hasta los 70,50 dólares por barril y el retroceso del euro hasta los 1,364 dólares. Con todas esta noticias combinadas, era difícil que los inversores hicieran otra cosa que emitir órdenes de venta durante toda la jornada.

Al margen de Telefónica, los bancos y las constructoras fueron los que más sufrieron. Sacyr Vallehermoso lideró las pérdidas con una caída del 3,6%, aunque también FCC se dejó el 2,83% y Acciona el 2,7%. Entre los bancos fue Bankinter quién experimentó un mayor descenso, hasta el 2,37%, seguido de Banesto, con el 2,18%; y el Santander, con el 2,01%.

Pero la bolsa española no fue la única en hincar los cuernos en la arena. Durante la sesión de ayer, algunas plazas europeas perdieron incluso más. París se dejó el 2,08%; Milán, el 1,95%; Londres, el 1,9%; y Fráncfort, el 0,74%.