La tasa anual de inflación española se colocó el pasado mes de diciembre por debajo de la media de la zona euro por primera vez desde la creación de la divisa europea. La inflación de la zona euro se elevó en diciembre al 1,6%, según los datos provisionales facilitados ayer por Eurostat, el organismo de estadísticas comunitarias. Esto supone una inflación 0,1 puntos superior a la española, que se situó en el 1,5%, según el avance provisional de los datos anunciado el pasado lunes por el Instituto Nacional de Estadística (INE).

La inflación española, que en los últimos años ha llegado a estar 1,5 puntos por encima de la media de la zona euro, aún superaba en septiembre en un punto la media de la Unión Económica y Monetaria, y llegó a alcanzar el 5,3% el pasado mes de julio.

El mayor impacto de las subidas y las bajadas del coste del petróleo en los precios de venta de los carburantes españoles, que en la mayoría de los demás países europeos, debido a los impuestos más bajos existentes en España, explica esta situación. Este abaratamiento del precio de los combustibles es uno de los principales factores del descenso de 0,9 puntos en la tasa de inflación española en diciembre.

En el conjunto de la zona euro la reducción de la tasa de inflación en diciembre fue más modesta: 0,5 puntos. Ese descenso también es fruto del abaratamiento del precio del crudo y de los combustibles, continuando la tendencia iniciada en el verano, después de alcanzar el máximo histórico del 4% en julio. La inflación en la zona euro no había estado tan baja desde octubre del 2006, hace 26 meses.

NUEVA REDUCCION DE TIPOS La reducción de la inflación de la zona euro por debajo del objetivo de estabilidad de precios (2%) del Banco Central Europeo (BCE) y la generalización de la recesión económica en Europa incrementa las posibilidades de que la autoridad monetaria apruebe la semana próxima una nueva reducción del tipo de interés oficial, que se encuentra en el 2,5%. A pesar de la reducción de 0,75 puntos adoptada en diciembre por el BCE, los analistas estiman que el tipo de interés oficial de la zona euro es aún demasiado alto en el actual contexto de persistente crisis financiera y recesión generalizada.