Los ingresos fiscales del Estado anotaron una subida del 0,8% en el primer trimestre, que aunque mínima tiene el valor de ser la primera de los dos últimos años, desde que la crisis empezó a perjudicar la recaudación.

El secretario de Estado de Hacienda, Carlos Ocaña, destacó que, "aunque es pronto para sacar conclusiones", los datos de recaudación del primer trimestre permiten pensar en una "estabilización" de la economía y en que "se empiezan a notar" los efectos de la retirada de estímulos frente a la crisis.

La supresión parcial de la deducción de los 400 euros, la elevación al 19% de la retención sobre las rentas del capital y la subida de los impuestos especiales explican en gran parte el incipiente cambio de tendencia en la recaudación. Estas tres subidas de impuestos han permitido una recaudación adicional de 1.110 millones de euros.

NADA QUE VER CON GRECIA Pero el secretario de Estado quería destacar ayer sobre todo que "las previsiones del Gobierno se están cumpliendo" y que "estamos en una senda realista". En un momento en que la crisis griega arrecia y en el que muchos inversores y analistas se cuestionan si España será la siguiente economía en caer, Ocaña quiso reforzar la idea de que las estadísticas y las cuentas españolas son otra cosa.

Según dijo, los datos de marzo permiten al Gobierno estar "cómodo" con sus previsiones, que incluyen una rebaja del déficit público desde el 11,4% del PIB registrado en el 2009 al 9,8% en el 2010, con el fin de llegar al 3% en el 2013, según plantea el programa de estabilidad.

"Lo que España tiene que hacer es cumplir lo que hemos dicho que vamos a hacer. Y lo estamos cumpliendo", dijo el secretario de Estado. Ocaña se refirió a la próxima aprobación de un plan de austeridad, este viernes, y del techo de gasto presupuestario para el 2011, en mayo. "Lo importante es ser creíbles, consistentes y dar contenido a los planes que hemos presentado", remachó. "Es importante que se sepa que este país es serio, que hace sus deberes y que cumple sus compromisos", añadió.

En los primeros meses del año, el déficit del Estado en términos de contabilidad nacional se situó en 8.908 millones, equivalentes al 0,85% del PIB. Aunque la cifra es superior a la de igual periodo del año pasado (7.732 millones), la diferencia empieza a estrecharse.