El Gobierno británico autorizó ayer a la compañía china Huawei a participar en la construcción de la red 5G, pero con restricciones. La tecnológica no tendrá acceso a áreas especialmente críticas para la seguridad del país, como bases militares o recintos nucleares. La decisión del premier, Boris Johnson, es un revés para el presidente estadounidense, Donald Trump, que había pedido el bloqueo total a la compañía. EEUU considera que esta red con Huawei dentro se convertirá en un vehículo que las autoridades de China pueden utilizar para labores de vigilancia o sabotaje. La compañía niega cualquier participación en tareas de espionaje.

La decisión, aplazada desde hace un año, llegó tras una reunión del Consejo de Seguridad Nacional. Huawei ha sido clasificado como «un vendedor de alto riesgo» y, además de la exclusión en las «zonas sensibles», su participación en la construcción de las redes periféricas sólo será del 35%. Un funcionario anónimo de EEUU lamentó la decisión: «No hay una opción segura con un vendedor de los componentes de 5G, que no es fiable». El paso puede repercutir en la negociación del acuerdo comercial entre los británicos y EEUU tras el brexit.