El operador de mercados Jérôme Kerviel, al que el banco Société Générale acusa de haberle provocado pérdidas de unos 4.900 millones de euros, fue procesado hoy por abuso de confianza y otros cargos y fue puesto en libertad bajo control judicial, anunció su defensa. Kerviel, de 31 años, fue imputado por abuso de confianza, falsificación e intromisión en un sistema de tratamiento de datos informáticos, precisó su abogada, Elisabeth Meyer. Pero, contrariamente a la petición de detención preventiva formulada por la Fiscalía, los magistrados decidieron dejar a Kerviel en libertad bajo control judicial, indicó la letrada.

No reveló en qué consistían las medidas de ese control, pero precisó que no incluían una fianza. Los magistrados tampoco imputaron al joven por intento de estafa, como pedía la Fiscalía, ni retuvieron el carácter "agravado" del abuso de confianza que también solicitaba el Ministerio Público. El otro abogado defensor de Kerviel, Christian Charrière-Bournazen, precisó que ante los magistrados instructores su cliente se comportó de forma "franca, tal como lo había hecho" durante su interrogatorio por los policías de la Brigada Financiera.

El letrado recalcó igualmente que no hubo enriquecimiento personal por parte de Kerviel y que hasta el pasado 30 de diciembre las posiciones que había tomado en el mercado presentaban un saldo positivo para Société Générale (SG) de 1.471 millones de euros. El letrado echó la culpa al banco por las pérdidas finales, que atribuyó a una liquidación de esas posiciones en un momento inoportuno.

El pasado jueves, Société Générale, tercer banco de Francia, causó estupor en el mundo financiero y bancario al anunciar que había perdido 4.900 millones de euros por un supuesto "fraude excepcional", que atribuyó al joven. Durante su interrogatorio por la policía que lo arrestó el pasado sábado, Kerviel aseguró que "no actuó en beneficio personal" ni tampoco "para expoliar al banco", según explicó hoy el fiscal de París, Jean-Claude Marin, en rueda de prensa antes de que el joven compareciera ante los jueces instructores.

Según las declaraciones del joven, éste quería aparecer como "un operador excepcional" y con ello esperaba obtener una prima, que el fiscal evaluó en 300.000 euros para el ejercicio de 2007. Durante el interrogatorio, según Marin, Kerviel admitió que había ocultado posiciones "de pura especulación" desde finales de 2005 y que con algunas de ellas había dado beneficios a Société Générale.