La industria nuclear española ha subido un escalón en su ofensiva para acabar con la moratoria. En los próximos días el lobi del sector, agrupado en el Foro Nuclear, pondrá sobre la mesa del ministro de Industria, Miguel Sebastián, un estudio que propone la construcción de 11 nuevos reactores de aquí al año 2030. Estos sumarían una potencia de 11.000 megawatios a los 7.700 actuales y permitirían cubrir el 30% de la demanda prevista. La reactivación económica, el recorte de emisiones de dióxido de carbono y la disminución de la dependencia exterior son el gancho con el que se presentará la nueva oferta.

El estudio prevé que para los 11 reactores sería necesaria una inversión de 33.000 millones de euros, parte de los cuales se recuperarían por el recorte de entre 137 y 281 millones de toneladas de dióxido de carbono en el periodo 2018-2030, lo que se traduciría en un ahorro de 3.500 a 21.000 millones de euros.

La clave reside en que el aumento del parque nuclear no se haría a costa de las energías renovables, sino en sustitución de las centrales de gas, carbón y fuel, las más contaminantes y las que mayor dependencia del exterior causan. Los reactores podrían ubicarse junto a las plantas que existen actualmente.