El gobierno alemán aprobó hoy el paquete de rescate de la banca nacional que tendrá un volumen total de 470.000 millones de euros, el mayor programa de ayuda desde el fin de la II Guerra Mundial.

De ese total, 400.000 millones de euros serán garantías públicas a los créditos interbancarios, mientras que los 70.000 millones restantes se destinarán a dotar a la banca de capital, mediante, por ejemplo, la adquisición de paquetes accionariales.

Siguiendo el plan acordado por los líderes del euro-grupo en París las garantías estatales alemanas tendrán un plazo límite hasta el 31 de diciembre de 2009.

A cambio de las ayudas, los bancos deberán comprometerse a una gestión empresarial "sólida" y "prudente". La nueva ley, que será sometida a lo largo de la semana a su aprobación por ambas cámaras parlamentarias en un procedimiento de urgencia, permitirá al ministro de Finanzas, Peer Steinbrück, fijar condiciones respecto a la remuneración de los directivos y personal de la banca privada.

El gobierno de Merkel ha reconocido que la operación de rescate comportará un mayor endeudamiento, lo que ha llevado a Steinbrück a apartarse de su objetivo de alcanzar un presupuesto consolidado en 2011.

Según indicó el secretario general de la Unión Cristianodemócrata (CDU) de Merkel, Ronald Pofalla, el plan del gobierno prevé que los estados federados asuman alrededor de la tercera parte de los compromisos totales.

La bolsa de Fráncfort acogió las medidas con euforia y a la hora de abrirse el parqué el índice DAX había subido ya un 6,5 por ciento, tendencia que se mantuvo en las horas posteriores a la apertura.