El empresario mexicano Carlos Slim ha desbancado al financiero estadounidense Warren Buffett como el segundo hombre más rico del mundo, informa la revista Forbes, que cada año hace una lista de las grandes fortunas del planeta. Buffett, conocido en el mundo financiero como el Oráculo de Omaha, ha ocupado durante siete años el segundo puesto, por detrás del fundador de Microsoft Bill Gates, que ha ocupado el primer puesto en los últimos trece años.

No obstante, en los últimos días, las inversiones de Carlos Slim -concentradas fundamentalmente en las telecomunicaciones- alcanzaron 53.100 millones de dólares, por encima de los 52.400 millones de Buffet y a corta distancia de los 56.000 millones de Gates. Desde que Forbes publicó su última lista anual, el pasado febrero, Slim ha revalorizado su fortuna personal en unos 4.000 millones de dólares, explica la revista, gracias a que uno de los grupos que controla, Carso Global Telecom, que posee la compañía telefónica Telmex, se ha revalorizado un 15 por ciento en este periodo.

Otra de sus compañías, América Móvil, ha elevado su valor un 4 por ciento, tras anunciar que negocia su entrada en Olimpia, el holding que controla Telecom Italia. Slim, de 67 años, ha ido escalando puestos en la lista de Forbes de manera espectacular en los últimos años, y especialmente desde inicios del 2006, periodo en el que su fortuna ha crecido en 23.000 millones de dólares.

La revista atribuye este incremento a la fortaleza de la economía mexicana y a la buena marcha de su mercado de valores, que se revalorizó un 49 por ciento el año pasado. Reconoce, no obstante, que la bonanza del magnate choca con la pobreza que sufre México, donde la renta per capita es inferior a 6.800 dólares anuales y donde la mitad de la población vive en la miseria.

De hecho, la riqueza de Slim equivale al 7 por ciento del Producto Interior Bruto (PIB) del país, proporción que, si se reprodujera en el caso de Bill Gates, multiplicaría la fortuna del estadounidense quince veces hasta 874.000 millones de dólares. No obstante, Slim ha mostrado en los últimos meses un gran interés por la filantropía, al igual que han hecho Gates y Buffet. Esto le llevó a inyectar a una de sus fundaciones sin animo de lucro 1.800 millones, y a anunciar la donación de 10.000 millones para programas educativos y de salud en los próximos cuatro años.