La dirección de Nissan mostró ayer casi todas sus cartas para el futuro de la fábrica de Barcelona. El recorte de plantilla, que algunas fuentes habían situado inicialmente en 1.500 empleos, afectará finalmente a 1.680 trabajadores, lo que supone el 40% de los efectivos. "Ha sido una decisión difícil, pero necesaria para asegurar la sostenibilidad de la planta de Barcelona", aseguró ayer el nuevo consejero director general de Nissan Motor Ibérica, Fumiaki Matsumoto, en su primera rueda de prensa.

La filial de la multinacional japonesa prevé que los primeros 1.300 afectados abandonen la empresa en el 2008, y los otros 380 despedidos, hasta septiembre del 2009, según explicó la dirección de Nissan al comité en un breve encuentro. El próximo lunes se eliminará el turno de trabajo nocturno de la furgoneta Primastar, con lo que la fábrica volverá "a los estándares Ni- ssan", según el máximo directivo de la compañía.

Después de varios años con máximos de producción, Nissan prevé fabricar 130.000 unidades de los modelos Primastar, Pathfinder y Navara en el 2008, un 32% menos que en el 2007, y 110.000 en el 2009.

Los sindicatos preparan un calendario de movilizaciones, que coincidirán con los cuatro días de paralización de la planta, previstos este mes para reducir la producción. El objetivo es "trasladar a la sociedad" la necesidad de que la Administración evite la desindustrialización de Cataluña, según Jordi Carmona, de UGT, que prevé que el recorte de Nissan cause hasta 7.000 despidos en empresas proveedoras.

Matsumoto reconoció ayer que el expediente de regulación de empleo, que se presentará próximamente, no se debe a pérdidas de Nissan Motor Ibérica. El dirigente del sindicato Sigen- USOC, Pedro Ayllón, recordó que la empresa ha tenido beneficios de 230 millones los últimos cuatro años, por lo que acusó a la dirección de "aprovechar la coyuntura negativa para actuar con patente de corso".

FILIAL DE VOLKSWAGEN Mientras, ayer se supo que el ajuste temporal de la plantilla en Seat tendrá un coste máximo para la compañía de ocho millones de euros si finalmente acepta pagar el complemento salarial para que los afectados perciban el 100% del sueldo. La empresa se mostró ayer abierta a estudiar el abono del 30% del sueldo, que se sumará al 70% que paga el Inem, según fuentes sindicales.