Decisión drástica, pero con efectos contrarios a los previstos. La Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) acordó ayer retirar del mercado 2,2 millones de barriles diarios, alrededor del 8% de su oferta, a partir del 1 de enero, la mayor reducción de oferta de producción aprobada en toda su historia. Pero, pese a esa medida dirigida a contener la caída del precio del petróleo --que ha perdido más del 70% desde el récord de 147,50 dólares en julio pasado--, la cotización del barril, especialmente en EEUU, descendió hasta el nivel de hace más de cuatro años, hasta los 39,88 dólares.

En un confuso comunicado, la organización cifró el ajuste de su oferta en 4,2 millones de barriles en comparación con el objetivo de producción establecido en septiembre (29,045 millones de barriles diarios), el 14,5% porque a partir del 1 de enero el objetivo de producción será de 24,8 millones. En realidad, el cártel, que aporta alrededor del 40% del petróleo mundial, ha aplicado dos recortes desde septiembre por dos millones de barriles que se suman a los otros 2,2 millones decididos ayer en la cumbre ministerial en Orán (Argelia).

MEDIDAS DE CHOQUE En todo caso, el presidente de la OPEP, el ministro argelino de Energía, Chakib Jelil, puso el acento en el relieve de la medida. "Espero que les haya sorprendido el recorte. Si no, tendremos que hacer algo al respecto", dijo sobre nuevas bajadas para adaptar la oferta a una demanda en declive. El efecto de la rebaja en los mercados refleja que los inversores consideran la medida insuficiente. Y ello a pesar de que, ahora, cuentan con el apoyo de grandes productores no miembros del cártel, como Rusia. Jelil aseguró que la organización no ha fijado un precio como objetivo de sus ajustes de producción. En todo caso, la OPEP entiende que una cotización de unos 75 dólares es suficiente para estimular la inversión en producción petrolífera. Ayer, el barril de Brent se movió entre los 45 y 46 dólares y el West Texas llegó a bajar hasta los 39,94 dólares.