Los mercados aceptaron ayer con optimismo la concreción del plan de rescate definido para Grecia por la Unión Europea y el Fondo Monetario Internacional (FMI). Pero más que las bolsas, que ya se anticiparon el viernes al acuerdo, el mercado de renta fija vio cómo se aflojaba la presión sobre la deuda soberana helena y, por extensión, sobre los bonos italianos y españoles. El diferencial entre el bono griego a 10 años y el alemán se redujo hasta los 323 puntos básicos, con una rentabilidad del 6,60%, desde los 398 puntos y una rentabilidad del 7,25% del viernes.

Igualmente, la bolsas europeas mantuvieron el color verde en los paneles de cotización. Destacó la subida de casi el 4% de la Bolsa de Atenas, pero el resto de parquets cerraron al alza. También el cambio del euro con el dólar se reforzó, hasta alcanzar los 1,3610 en los mercados. Si bien el BCE cerró el cruce oficial en 1,3585 dólares.

El presidente de la institución financiera, Jean-Claude Trichet, se sumó al respaldo al plan al considerar "positiva" la decisión que se ha tomado para aplicar técnicamente los acuerdos alcanzados. Mientras que la institución trabaja ya con la Comisión Europea y el FMI en los detalles de la operación. Técnicos de las tres entidades se reunieron en Bruselas con representantes del Gobierno griego, aunque no trascendieron detalles del encuentro. Está por decidir, sin embargo, a qué tipo de interés se ofrecerán los préstamos del FMI.

En total, las ayudas que puede recibir ascienden a 30.000 millones durante 12 meses, más 15.000 millones procedentes del FMI. Atenas necesita colocar 53.000 millones en bonos en el 2010, de los que ya ha conseguido 18.000 en los mercados, con lo que las ayudas apalabradas cubren las necesidades del Gobierno. España aportará 3.673 millones, si finalmente es necesario activar el mecanismo.