Las potencias europeas del G-8 (Francia, Alemania, Reino Unido e Italia) se han comprometido hoy "solemnemente" a apoyar a las entidades bancarias y financieras frente a las actuales turbulencias financieras, según ha anunciado el presidente francés, Nicolás Sarkozy, al término de la minicumbre celebrada en París. "Cada Gobierno actuará con sus propios medios y métodos pero de manera coordinada con el resto de Estados europeos", ha explicado Sarkozy. En caso de intervención pública en un banco en dificultades, los líderes de los países europeos del G-8 se comprometen a que "los directivos que han fracasado sean sancionados y a que los accionistas soporten el peso de la intervención". Sarkozy, el primer ministro británico, Gordon Brown, la cancillera Angela Merkel, y el primer ministro italiano, Silvio Berlusconi, han pedido a la Comisión Europea que, "teniendo en cuenta el carácter excepcional de las circunstancias económicas y financieras", aplique las reglas que limitan las ayudas públicas a las empresas "de manera flexible" y decida con rapidez sobre su aprobación.