El primer ministro griego, Yorgos Papandreu, ha retirado la propuesta de referendo sobre el plan de rescate, tras lograr el apoyo del líder de la oposición, Antonio Samaras. El Ejecutivo estaría trabajando en la posibilidad de conformar un Gobierno de unidad nacional, un extremo que algunos diputados del opositor Nueva Democracia han negado.

La situación en Grecia cambia cada media hora. La gente fuma incluso en las zonas prohibidas del palacio presidencial y hay muestras de mucho nerviosismo. Las discusiones son bizantinas, en pleno sentido del término. El portavoz del grupo parlamentario de la Coalición de Izquierda Radical (SYRIZA, cuarto partido en número de votos), Alexis Tsipras, pidió la “inmediata disolución” del parlamento porque, según dijo, “su composición no corresponde a la voluntad popular actual”.También dijo que el gobierno “en la práctica, ha caído”.

El gobernante partido socialista Pasok cuenta actualmente con una estrecha mayoría de 151 escaños sobre los 300 de la Cámara, aunque varios de esos diputados ya han anunciado que no apoyarán al primer ministro. El primer ministro griego tiene previsto intervenir ante el Parlamento de Atenas esta misma tarde para pedirle su apoyo de cara a la moción de confianza que se votará este viernes.

Un rumor que corría por el Parlamento griego a primera hora de la tarde apuntaba que Papandreu estaría dispuesto a retirar su propuesta de referendo sobre el euro, que ha causado el pánico en Grecia y la zona del euro, para asegurar el rescate de la Grecia europea.

Encuentro con Papulias

"Papandreu ya es el pasado". Así de duro ha sido Dimitris Lintzeris, uno de los diputados del gobernante Partido Socialista Panhelénico (PASOK), al valorar la rebelión interna a la que se enfrenta el primer ministro y líder socialista desde que a principios de semana anunciara la convocatoria de un referendo sobre el nuevo paquete de ayuda europea a Grecia, que incluye un préstamo de 130.000 millones de euros y la condonación de unos 100.000 millones de euros de la deuda helena pero a condición de nuevos y duros recortes sociales.

Sus palabras, pronunciadas antes de la reunión de Papandreu con su grupo parlamentario, parecían anticipar la posible dimisión del primer ministro y la formación de un Gobierno de unidad nacional; opción que ya ha recibido el apoyo de numerosos diputados socialistas y de los conservadores de Nueva Democracia, en la oposición.

Papandreu ha celebrado esta mañana una reunión extraordinaria de su Consejo de Ministros para abordar la situación y ahora celebrará un encuentro con el presidente del país, Carolos Papulias, según han confirmado fuentes del Ejecutivo.

Durante este jueves, nuevos diputados del PASOK han manifestado su intención de votar contra el Ejecutivo en la moción de confianza prevista para el viernes en el Parlamento. Se han sumado así a la diputada Milena Apostolaki, que el martes inició la revuelta al anunciar que abandonaba las filas socialistas en protesta por el referendo, dejando la mayoría de la que disfrutaba el partido gobernante pendiente de un hilo, con solo 152 de los 300 escaños de la Cámara. "Es mi deber resistirme a esta equivocada elección política que amenaza la viabilidad del país", dijo Apostolaki.

Sin mayoría parlamentaria

Otras dos diputadas han anunciado este jueves que no darán su confianza a Papandreu. Con un mensaje en Twitter fechado hoy y dirigido al presidente del Parlamento, Filipos Pechalnikos, la diputada Eva Kaili ha expresado su rechazo al referendo y ha anunciado que no apoyará al Gobierno en la moción. Otra parlamentaria, Elena Panarito, también ha anunciado que, aunque no abandona el grupo socialista, no apoyará al Ejecutivo. Con estas deserciones, Papandreu no tendrá la mayoría suficiente para superar la moción y su grupo, el gubernamental PASOK, se queda con 150 de los 300 escaños del Parlamento griego.

Así, las matemáticas se han empezado a volver en contra del Gobierno. Apostolaki ya había anunciado que al menos 4 diputados no estaban dispuestos a seguir al Gobierno en su arriesgada apuesta de convocar un referendo y que demostrarían su oposición votando contra la moción de confianza. Además, otros diez diputados socialistas han asegurado que aún no han tomado una decisión. A esto se suman los otros cuatro grupos de la oposición parlamentaria (Nueva Democracia, conservador; KKE, comunista; SYRIZA, izquierdista, y LAOS, ultraderecha) que ya han dejado claro que votarán en contra. Las negociaciones de Papandreu con los 16 diputados independientes no parecen haber dado resultados positivos.

Las divergencias no solo se dan en el seno del PASOK, sino también dentro del propio Gobierno. El ministro de Finanzas, Evangelos Venizelos, que anteriormente se había mostrado partidario de la consulta popular, este jueves se ha manifestado claramente en contra: "El lugar de Grecia en el euro es una conquista histórica del pueblo griego que no puede ser cuestionado... no es algo que pueda depender de un referendo". Se da la circunstancia que Venizelos ya disputó a Papandreu el liderazgo del PASOK en el 2007, aunque entonces salió derrotado. En Grecia es un secreto a voces que, tras ocupar 9 carteras ministeriales en las últimas dos décadas, su sueño es llegar a ser primer ministro.

Petición de un Gobierno de coalición

"Es importantísimo que las fuerzas políticas del país acuerden la creación de un Gobierno de salvación nacional", ha defendido el socialista rebelde Lintzeris. El líder de la oposición conservadora, Antonis Samaras, ya declinó durante el verano una propuesta similar hecha por Papandreu, en la que el primer ministro incluso ofrecía retirarse de su puesto a cambio de que ND diese un paso al frente y asumiese responsabilidades en la gestión de la crisis.

Samaras ha criticado duramente la "pérdida de soberanía" que han supuesto los pactos de ayuda con la UE pero ha cambiado de parecer después del anuncio de Papandreu sobre el referendo. Tras el vuelco en la situación de esta semana, Samaras podría terminar aceptando un papel en un Gobierno provisional.

Ratificación del acuerdo y elecciones

De hecho, Samaras ha apelado este jueves a la formación de un Gobierno de transición que apruebe el acuerdo de la UE antes de convocar unas elecciones generales. "Es necesario garantizar que Grecia cumplirá las exigencias de la UE", ha señalado el dirigente conservador. "Reclamo un Gobierno de transición que tendrá como misión exclusiva organizar unas elecciones legislativas anticipadas y aprobar el acuerdo de la UE", ha insistido.

En medio del caos político en que se haya sumido Grecia, la palabra que más se escucha este jueves en las radios helenas es elecciones.