Quién lo hubiese dicho hace unos días. El persistente descenso del barril de petróleo, desde que alcanzó máximos de 147 dólares, sirvió ayer de amortiguador de una caída pronunciada al son de las telecomunicaciones, pero a la que se apuntaron casi todos los sectores. Solo las compañías energéticas, con excepciones como Iberdrola --que cedió el 1,2%-- y algunas otras firmas que se mantuvieron al margen de la riada de ventas, se salvaron de la caída.

Fue un día de emociones fuertes después de que Vodafone provocara una estampida en las primeras horas de la sesión tras anunciar una rebaja de sus previsiones.

Sin embargo, un brusco giro a la baja del petróleo hizo de amortiguador de las pérdidas y evitó que el Ibex registrara una de sus peores jornadas. Al final, el selectivo español cayó el 1,48%, hasta situarse en los 11.610,10 puntos. La bolsa española llegó a perder a mediodía más del 3% producto de la corriente vendedora que desató Vodafone y que llevó a Telefónica, uno de los valores con más peso en el selectivo a registrar desplomes que llegaron en algún momento a superar el 7%. Pero los malos datos no se acabaron ahí. Wachovia, el cuarto banco más grande de Estados Unidos, también anunció unas malas cifras que aumentaron las pérdidas en bolsa al otro lado del Atlántico.

En el mercado continuo, Solaria se llevó un gran golpe tras la subida espectacular de anteayer. Un fuerte recorte de recomendación y unas plusvalías anticipadas han provocado una caída en su cotización de más del 16%. En el lado opuesto, la inmobiliaria Afirma --conformada por las antiguas Astroc, Rayet y Landscape-- subió más del 12%

Los efectos balsámicos del petróleo lograron una recuperación que llegó a contagiar a la bolsa alemana y a la francesa que, tras perder más del 1% lograron darse la vuelta con subidas que se situaron por debajo del medio punto porcentual. No sucedió así ni en Londres (-0,70%), ni en España.