La reestructuración en Philips no parece tener fin. El presidente del gigante holandés de la electrónica, Gerard Kleisterlee, anunció ayer que la compañía tiene previsto vender o cerrar un tercio de las fábricas que tienen en los próximos años.

La nueva reestructuración afectará, por tanto, a 50 de las 150 fábricas que conserva el grupo holandés después de aplicar durante varios años un programa de recorte de gastos que también incluyó la venta o cierre de instalaciones en todo el mundo.

El presidente de Philips afirma, en una entrevista publicada ayer por el diario holandés NRC Handelsblad, que la compañía producirá "los productos que permitan distinguirse de los competidores".

Desde la entrada del actual presidente, en mayo del 2001, el grupo ha reducido el número de empleos en unos 25.000 y tiene 164.000 trabajadores en todo el mundo.