La bajada de los tipos de interés, el tirón de los ingresos y las privatizaciones, los tres gruesos pilares sobre los que se ha apoyado el saneamiento de las cuentas públicas, ya no darán mucho más de sí. A partir de ahora, presentar unas cuentas saneadas dependerá cada vez más de una acertada gestión que de los avatares de la coyuntura.

Este año se espera un superávit de casi el 1,8% del producto interior bruto (PIB), y el próximo, del 1,1%. En 1996 el déficit en las cuentas públicas era del 5% del PIB y en el 2006 hubo un superávit del 1,8%. De estos 6,8 puntos de diferencia, casi la mitad se deben al ahorro en gastos financieros de la deuda pública. Los excesos de recaudación fiscal de los seis últimos años equivalen 3,3 puntos más.

En 1997, el pago de intereses de la deuda pública era de 20.792 millones. Se comía el 19,1% del presupuesto de gastos. Para el 2007, la cantidad es 15.946 millones, el 11,2% del presupuesto. Si se mantuviese la misma proporción que entonces, en el 2007 se pagarían 13.200 millones más de lo previsto. Y el Estado, en lugar de superávit, tendría déficit.

RAZONES DE AHORRO Este ahorro en gastos financieros se debe a que el volumen de deuda del conjunto de las administraciones públicas españolas ha bajado del 65,3% del PIB en 1997 al 36,2% en el 2007 (para el 2008 se prevé un 34,23%). Además, el precio oficial del dinero ha pasado de niveles del 9% (finales de 1995) al 2% en el 2005, si bien ha repuntado hasta el 4% actual.

En el 2008, sin embargo, crecerá el volumen de deuda por primera vez desde el 2004 (en parte por la deuda de RTVE y Renfe). Junto al alza de los tipos de interés, provocará que la partida de gastos financieros deje de producir ahorro. El pago en intereses crecerá el 4,3% y será 700 millones superior al del 2007. Será la primera vez que suba esta partida desde el 2002 (salvo el 2005, cuando la asunción de la deuda de Renfe aumentó el 1,29% los gastos financieros), lo que puede ser un indicio de debilidad del pilar del superávit.

En el proyecto de presupuestos del 2008, Economía explica que el tipo de interés de las nuevas emisiones de deuda ya se sitúa muy cerca del coste medio de la deuda en circulación. De seguir, el Tesoro dejará de sustituir deuda vieja por nueva , práctica que en los 10 últimos años ha granjeado ahorros importantes.

Entre 1996 y el 2004, en la etapa del PP, se privatizaron empresas públicas por un valor equivalente al 6,7% del PIB. Eso ayudó a reducir, en igual medida, el peso de la deuda pública sobre la economía y el pago de intereses.

Esta fuente casi se secó. Recientemente, la decisión de la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales de vender su 2,95% de Endesa reportará al Estado 1.254 millones y plusvalías de 894 millones.

El tercer pilar, y quizá el más importante, sobre el que se ha apoyado el saneamiento de las cuentas públicas ha sido el crecimiento de la recaudación fiscal, gracias al fuerte crecimiento económico --con el consumo y la construcción como motores--, junto a una intensa creación de empleo. Estas palancas del crecimiento tienen una intensa traducción en ingresos tributarios y son las que ahora titubean.

RECAUDACION INEDITA En el 2005, la recaudación tributaria creció a una tasa del 14,1%, inédita desde 1989. Además, durante los últimos años, la recaudación final siempre ha sido muy superior a la presupuestada. En el 2006 se recaudaron 14.064 millones más de lo presupuestado (el 1,4% del PIB de ese año) y en los seis últimos años, la Agencia Tributaria ha ingresado 35.014 millones de más.

Sin embargo, este maná también parece agotarse. Lo más alarmante es que Hacienda calcula que en el 2007 no recaudará por IVA lo que preveía. Van a faltar 238 millones y, además, según el secretario de Estado de Hacienda, Carlos Ocaña, los ingresos por este impuesto ya crecen menos que el PIB nominal. La desaceleración de la ventas de viviendas nuevas explica parte de este contratiempo.

SIN ´ALEGRIAS´ Para el 2008, el vicepresidente económico, Pedro Solbes, ha presupuestado un incremento de los ingresos impositivos del 5,6%, compatible con el logro de un superávit del 1,1% del PIB. Todo hace pensar que en el 2008 se las tendrá que arreglar sin las alegrías que en los últimos años daban las desviaciones al alza de los ingresos. Ahora, el crecimiento económico --del 3,3%-- está más ajustado y, según la práctica totalidad de los analistas, no se va a lograr.