Es casi imposible comprender por qué si el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, había presupuestado un aumento del 10% de la recaudación del impuesto de sociedades en el 2016 esta se está hundiendo el 85%. En los siete primeros meses del año apenas se han ingresado 436 millones por este impuesto, frente a los casi 3.000 del mismo periodo del 2015. Este es el principal motivo de que el déficit del Estado se haya disparado el 20% hasta julio.

Aparentemente no existen razones que expliquen que este año el impuesto de sociedades esté recaudando siete veces menos que el anterior. La economía está creciendo con fuerza, por encima de lo previsto (el 3,2% anual en la primera mitad del año). Los resultados de las empresas suben de forma importante (losbeneficios declarados aumentaron el 12,6% en el primer trimestre). Además, en el 2016 no se han producido cambios normativos imprevistos.

GRAVE ERROR DE PRESUPUESTACIÓN

“Nunca he visto un error tan grave de presupuestación. Incluso la amnistía fiscal estuvo mejor presupuestada”, afirma del diputado de Ciudadanos y exinspector fiscal Francisco de la Torre. “No es un problema de fraude, es cuestión de que el Gobierno no ha sabido calibrar su rebaja fiscal” y eso, en opinión de De la Torre, “lo está condicionando todo” en las cuentas públicas. “Es urgente una reforma profunda del impuesto para que las grandes empresas paguen más”, afirma. “No se pueden abordar más recortes ni subidas de impuestos sin haber arreglado antes esta situación”, añade.

Los números parecen mostrar que la rebaja fiscal a las empresas se le ha ido de las manos al Gobierno del PP. Tanto es así que en el pacto de investidura con Ciudadanos el PP asumió una rectificación en toda regla de su rebaja fiscal en Sociedades así como el compromiso de “una reforma en profundidad” del impuesto en el plazo de tres meses.

RECELOS DE BRUSELAS

En el 2014 el Gobierno aprobó una ambiciosa rebaja fiscal (en IRPF y Sociedades) para su progresiva entrada en vigor en el 2015 y el 2016 con la confianza de que el fuerte crecimiento económico iba a compensar con creces la caída de la recaudación. Esta es la respuesta que daba el ministro Montoro cada vez que la Comisión Europeacriticaba al Gobierno español por haber adoptado una agresiva rebaja fiscal a pesar del elevado déficit público.

La reforma incluía bajar el tipo de gravamen de Sociedades del 30% al 28% en el 2015, y al 25% en el 2016, así como una reordenación de las deducciones. Además se decidió suprimir en el 2016 las medidas temporales adoptadas en el 2012 para aumentar la recaudación de grandes empresas (pagos fraccionados incrementados, limitación de compensación de bases imponibles negativas y fondo de comercio).

En el 2015 la recaudación tributaria creció el 4% a pesar de que los cambios normativos habían restado 7.846 millones a los ingresos. En el 2016, no. El conjunto de los ingresos tributarios cae el 1,9% y la principal razón está en los más de 5.000 millones de euros de menor recaudación por los cambios normativos en el IRPF y en Sociedades, una vez que han desaparecido las medidas temporales sobre las grandes empresas.

No solo está cayendo la recaudación de sociedades (-85%). Hacienda presupuestó un aumento de la recaudación por IRPF del 5,5% mientras que, hasta ahora, solo puede contar con una caída del 1,9%. Si persiste esta tendencia, Hacienda se encontrará a final de año conun agujero de más de 5.000 millones en este impuesto.

PAGOS FRACCIONADOS

El ministro de Economía en funciones, Luis de Guindos, ya ha anunciado que “en las próximas semanas” el Consejo de Ministrosaprobará un decreto ley para reformar los pagos a cuentadel impuesto de sociedades y poder adelantar 6.000 millones de recaudación al 2016. Esta es una de las medidas a las que el Gobierno se comprometió en julio ante la Comisión Europea para evitar unamulta de hasta 2.000 millones de euros por la fuerte desviación del déficit del 2015.

Modificar el sistema de pagos a cuenta no conlleva una reforma del impuesto. La marcha atrás que prepara el Gobierno en funciones implica recuperar el pago fraccionado mínimo del 12% del resultado contable de grandes empresas, suprimido en el 2016. Las empresas tienen por delante dos pagos fraccionados (octubre y diciembre) en los que se tendrán que poner al día con la nueva normativa.

El ministro De Guindos pretende incorporar la aprobación de este decreto a la documentación que el Gobierno en funciones debe remitir a Bruselas antes del 15 de octubre con las medidas adoptadas para garantizar el cumplimiento del nuevo objetivo de déficit del 4,6% del PIB concedido a España para el 2016.

Una rectificación en toda regla incluida en el pacto con Ciudadanos

En el pacto de investidura con Ciudadanos el PP asumió una rectificación en toda regla de su rebaja fiscal, aplicada en el 2015, unos meses antes de las elecciones generales, en el impuesto de sociedades para lograr ingresar 3.000 millones más en el 2017 y 4.000 millones más en cada uno de los tres ejercicios siguientes, hasta el 2020, al final de la legislatura.

En el ánimo de Ciudadanos estaba dar marcha atrás en muchas de las nuevas ventajas introducidas por el PP para las grandes empresas, que ha provocado el desplome de la recaudación de este tributo que grava los beneficios. La primera señal de alarma se produjo en la declaración trimestral de abril, con un descenso del 50% en los ingresos procedentes del gravamen que recae sobre los beneficios.

En el PP asumían el compromiso de, en caso de una investidura deMariano Rajoy, abordar “en un plazo máximo de tres meses” una “reforma en profundidad” del impuesto de sociedades “para cerrar agujeros, mejorar el control y recaudar más sin subir los tipos nominales de este impuesto”. La intención era hacerlo por la vía de “aproximar los tipos efectivos de las grandes empresas a los nominales”, ya que las deducciones reducen de forma sustancial la factura final que tienen que pagar.

Es una expresión muy parecida a la que se incorporó en el fallido pacto de investidura que el PSOE pactó con Ciudadanos en febrero. Allí, los socialistas no lograron introducir en el texto pactado con el partido liderado por Albert Rivera una medida que sí figuraba en el programa electoral socialista para introducir una “tributación mínima” en el impuesto de sociedades. Esa iniciativa que no se ha introducido garantizaba que ninguna empresa pagara menos de un 15% como tipo de gravamen en el impuesto de sociedades.