Portazo a cualquier reforma laboral. La vicepresidenta segunda y ministra de Economía, Elena Salgado, aseguró ayer en Sitges (Barcelona) que "hay otras reformas más urgentes", aguando así las propuestas --una de ellas del presidente catalán, José Montilla-- y las iniciativas que presidieron los tres días de debates de la 25 Reunión del Círculo de Economía de Barcelona.

La responsable económica del Ejecutivo hizo oídos sordos a una de las conclusiones que el presidente del Círculo, Salvador Alemany, leyó cuando la presentaba ante los asistentes al acto de clausura: "En el ámbito laboral, se da una situación insostenible que puede frenar seriamente la recuperación y dificultar nuestra consolidación entre las economías más avanzadas".

Ni que decir tiene que la frustración y la decepción se impuso entre los asistentes a unas jornadas en las que se habló mucho de reforma del mercado de trabajo. Para la ministra, los avances en este campo, mediante "la creación de empleo estable", pasan por el diálogo social.

DESEMPLEO Salgado, en una de las primeras intervenciones públicas desde que asumió el cargo y ante un auditorio básicamente empresarial, admitió el coste que la crisis está teniendo en España en términos de paro. Y, pese a admitir que combatir el desempleo se ha convertido en "la máxima prioridad" para el Ejecutivo de José Luis Rodríguez Zapatero, dijo que "tan importante como eso es sentar las bases para un empleo estable para el futuro".

Ahí es donde la ministra vendió el proyecto de cambio de modelo que defiende el Gobierno y que no solo es posible, sino que "sobre todo es necesario". Aseguró que el Gobierno es "absolutamente consciente" de que no le corresponde decir a las empresas "lo que deben hacer y en qué actividad", sino establecer el marco que facilite la transición hacia un modelo económico "bajo en emisiones de carbono".

En opinión de la ministra, los protagonistas de este nuevo paradigma, basado en la eficiencia energética y la investigación y el desarrollo (I+D), "tienen que ser los agentes sociales". El papel del Gobierno debe ser el de establecer un marco propio y, en esta línea, anunció que "habrá más" estímulos fiscales para un crecimiento "equilibrado y sostenible". La creación de un fondo público-privado incentivará nuevas actividades con el fin de que "se incorpore un mayor valor añadido" hasta el último rincón de la actividad económica.

IMPUESTOS E INVERSIONES Puso como ejemplo de este tipo de actuaciones, "que serán muy selectivas y orientadas hacia la salida de la crisis", la rebaja del impuesto de matriculación a los vehículos menos contaminantes o el nuevo plan de inversiones municipales para el año que viene de 5.000 millones de euros.

Salgado insistió en que la crisis tuvo su origen en el sector financiero. Defendió un "redimensionamiento" del sector, que es "sólido, pero con un exceso de capacidad que requiere un proceso ordenado de consolidación que acabe probablemente con un menor número de entidades". Reafirmó la apuesta por las energías renovables, aunque a corto plazo sean más caras, y dijo que la nuclear "es una opción de la que España no puede prescindir hoy", a la vez que se piensan "energías más sostenibles".

La vicepresidenta segunda pronosticó que la etapa de inflaciones negativas, que vinculó al efecto de la comparación con un periodo del año pasado en el que el petróleo alcanzó precios récord, "no se va a prolongar. La previsión es cerrar el ejercicio con una tasa positiva, al igual que la inflación subyacente actual --la que excluye la energía y los alimentos no elaborados--. Aseguró que en España "no hay ningún peligro de deflación".

Salgado se comprometió también a actuar para reducir las trabas administrativas al ejercicio empresarial, fomentar la internacionalización de las empresas y hacer "una Administración más eficiente".