Son el Santander y el BBVA entidades tan grandes como para pensar que si caen arrastrarán con ellas un buen trozo del sistema financiero internacional? La vicepresidenta económica, Elena Salgado, opinó ayer que sí, que "dada la dimensión" de estas entidades "parece razonable esperar" que puedan ser incluidas en el listado de las llamadas entidades sistémicas, a las que el Foro de Estabilidad Financiera (FSB) aplicará unas mayores exigencias de capital por el riesgo supranacional que comportan.

A cambio, las llamadas entidades too big to fail (demasiado grandes para quebrar) tendrán la red de seguridad permanente de los poderes públicos para evitar su caída. Salgado ofreció una rueda de prensa en Seúl para explicar los avances en los trabajos de la cumbre de líderes del G-20, que hoy finaliza en la capital coreana con la guerra de las divisas que enfrenta a Estados Unidos y China como telón de fondo.

COORDINACION El FSB es un organismo internacional que coordina la regulación financiera de los países del G-20 y en el que están presentes los bancos centrales de los países, los gobiernos, los reguladores de los mercados y algunas entidades privadas. En representación de España, están el Banco de España y el Ministerio de Economía.

Las too big to fail tendrán que cumplir unos requisitos más duros de solvencia que el resto. Eso va en su contra, les restará margen para hacer negocio o generar ganancias. A cambio, podrán beneficiarse de una financiación más barata: si los mercados saben que esas entidades no van a quebrar, tendrán menos problemas en prestarles dinero.

Por ello, algunos negociadores del FSB no son partidarios de publicar la listas de entidades. Sin embargo, Salgado se refirió al listado con total naturalidad. Se- gún el diario Financial Times, las nuevas exigencias de capital podrían afectar, además, a cinco bancos estadounidenses (Citigroup, Bank of America, JP Morgan Chase, Goldman Sachs y Morgan Stanley), cuatro británicos (HSBC, Royal Bank of Scotland, Barclays y Standard Chartered), dos suizos (UBS y Credit Suisse), dos franceses (BNP Paribas y Société Générale), dos italianos (Banca Intesa y UniCredit), al alemán Deutsche Bank y al canadiense Royal Bank of Canada.

BANCA EN LA SOMBRA La exigencia de una regulación más exigente para las entidades financieras en general, y en particular para los bancos demasiado grandes y para la llamada banca en la sombra (concepto que hace referencia a las sofisticadas prácticas y productos financieros que dieron origen a la crisis mundial), forma parte de los trabajos que se autoimpuso el G-20 desde su primera reunión en Washington en noviembre del 2008.

En su reunión de Seúl, los líderes del G-20 adoptarán la nueva regulación para reforzar la solvencia del conjunto de entidades financieras, conocida como Basilea III. Las entidades financieras tendrán hasta el 2019 para adaptarse a los nuevos requisitos.