No era un secreto que la trayectoria de Air Madrid, desde su fundación en diciembre del 2003 solo apuntaba hacia su fracaso. Un destacado consejero delegado de una aerolínea lo resumía en una sencilla frase: "Para todo hay que saber, y los directivos de Air Madrid puede que sean unos linces en el negocio de los hoteles, pero no saben nada de transportar a viajeros".

La competencia de Air Madrid acertó de pleno a la vista de que la aerolínea apenas si ha logrado subsistir tres años seguidos. A lo largo de este tiempo, además, frecuentes retrasos en los vuelos o incidentes en los aeropuertos han salpicado a la compañía. Incluso durante el vuelo inaugural de la línea sin escala Barcelona-Buenos Aires se produjo un motín en uno de los dos aviones que llevaban a los periodistas.

Esta compañía, creada por cadenas hoteleras como Hotusa, Celuisma, Hoteles Catalonia, F&G Hoteles, así como por minoristas como Viajes Eroski ha acabado demostrando que tenía poco futuro.