Los sindicalistas pretenden aprovechar este verano para explicarle al veraneante las razones de la huelga general del próximo 29 de septiembre. Por ello, es posible que cuando pisen algunas playas de la costa española no sea para tumbarse al sol y darse un chapuzón, sino para proporcionar información a los ciudadanos con el objetivo de que haya una gran movilización. Desde que el 15 de junio los secretarios generales de CCOO, Ignacio Fernández Toxo, y de UGT, Cándido Méndez, convocaron el paro contra la reforma laboral, ambas organizaciones han puesto en marcha la maquinaria de movilización de la opinión pública que no se deja impresionar por los reiterados avisos de calor extremo.

Sea con una simple furgoneta con megáfono o con un enorme autobús articulado y tuneado , como el que ha sacado a la calle UGT de Andalucía, los afiliados a las dos grandes centrales reparten propaganda en las playas, desde Lloret a Tarifa, y desde la donostiarra de La Concha hasta la gallega de Samil.

ACTIVIDAD ESTIVAL "No podemos dejar de estar activos porque estemos en verano", explica el secretario confederal de Comunicación de CCOO, Fernando Lezcano. Es uno de los que con frecuencia ha acompañado a Toxo en los 17 actos que, junto a Méndez, realizaron en cada autonomía el pasado mes de julio. ¿Cuál es el pulso de la sociedad ante esta convocatoria? Lezcano y sus homólogos de UGT tienen "buenas vibraciones". "La gente está interesada", añade. Pero aún hay mucho desconocimiento. Los ugetistas andaluces han detectado "bastante confusión" en la gente sobre cómo afectarán en la práctica las medidas de recorte del Gobierno. Para que haya una gran movilización el 29-S es necesario dar la mayor información. "Entre lo que decimos los sindicatos y lo que les llega a los ciudadanos hay un abismo. No podemos contrarrestar a los medios de comunicación. Por tanto, nuestro objetivo es llegar a cuanta más gente, mejor y con el mensaje más directo", explican desde UGT y CCOO.

Las centrales escarmentaron con el paro de funcionarios del 8 de junio. No fue masivo porque faltó agitación y explicación previa. No pueden tropezar dos veces con la misma piedra ante una convocatoria en la que se juegan algo más que el recorte salarial de un colectivo con el puesto de trabajo asegurado. Según los sindicatos, sobre el tablero del 29-S hay mucho más: "cambios en la contratación, despido más barato, discrecionalidad del empresario y un futuro sin convenios colectivos".

Hasta hoy, el mensaje de Méndez, Toxo y de un centenar de dirigentes de ambos sindicatos ha ido llegando a los grandes centros de trabajo y los polígonos industriales que concentran pequeñas y medianas empresas.

A los trabajadores se les pide cierto compromiso y vinculación con las reivindicaciones de la huelga. Por eso una de las iniciativas que se reforzará a la vuelta de verano es la recogida de firmas en los centros de trabajo y en las asambleas. Pero el gran relanzamiento de la movilización será el 9 de septiembre en la madrileña plaza de toros de Vista Alegre, día en el que con seguridad se aprobará definitivamente la ley que reforma el mercado de trabajo. En este centenario coso taurino con aforo para 15.000 personas, reinventado para ferias de invierno con toreros mediáticos, canchas para los equipos de baloncesto del Real Madrid y el Estudiantes o los grandes conciertos de Judas Priest o Limp Bizkit, se dará el pistoletazo de salida 20 días antes de la jornada de huelga.

No se recuerda en la historia del sindicalismo una apuesta de estas características. En etapas de crisis la gente se vuelve conservadora y teme comprometerse. Por eso, explica Lezcano, "el objetivo de esta gran campaña es contrarrestar la resignación". "No nos podemos quedar quietos ante la idea de que no hay otra salida a la crisis, de que debemos aceptarlo todo", añade.