El debate sobre la subida del salario mínimo interprofesional (SMI) sigue. El ministro de Economía, Pedro Solbes, aseguró ayer que ve "razonable" situar en 800 euros al mes el SMI al final de la próxima legislatura, en el 2012, en lo que significa un gesto a favor de la medida anunciada por el titular de Trabajo, Jesús Caldera, en este diario.

Solbes moderó sus reservas sobre el incremento del salario mínimo manifestadas la semana pasada, cuando cuestionó la subida anunciada por Caldera, que también es el coordinador del programa electoral del PSOE, al afirmar que había que estudiar las repercusiones económicas. "Posiblemente, al final de la legislatura en el 2012, estemos en esas cifras", dijo Solbes, en referencia a los cerca de 800 euros previstos por Caldera.

Pese al guiño a favor de Caldera y de la propuesta de los sindicatos, el vicepresidente económico se mostró cauto. En declaraciones a RNE, Solbes matizó que no está en contra de la mejora del SMI: "Lo que me preocupa son los compromisos muy definidos en un plazo determinado, de cuatro o cinco años, en un contexto de incertidumbre económica como el que estamos". Como alternativa, defendió "la subida del salario mínimo que pueda absorber la economía en función de las circunstancias de cada momento".

La medida que el PSOE incluirá en su programa prevé un alza del SMI para la próxima legislatura superior a la aplicada del 2004 al 2008, un periodo en el que pasará de 460 a 600 euros. Ese incremento situaría el SMI cerca de 800 euros en el 2012. Caldera subrayó ayer que la mejora aplicada desde el 2004 ha "dignificado" el salario mínimo.

EFECTOS INDIRECTOS La mejora tendrá un efecto directo limitado, aunque Solbes advirtió de que afectará indirectamente a los que están vinculados con salarios más bajos. Este efecto en cascada puede plantear problemas de competitividad en algunas actividades económicas, según dijo el vicepresidente.

La patronal CEOE incidió en ese mismo argumento al indicar que la "fijación de los salarios" ha de ajustarse a "las exigencias impuestas por la competencia internacional", de forma que no perjudique la competitividad, el crecimiento económico y la evolución del empleo. CCOO y UGT propusieron la pasada semana al Gobierno subir el SMI un 8% anual durante ocho ejercicios.