El drástico repunte de la inflación en los últimos dos meses enciende algunas luces de alarma en el sector financiero y en el comercial. Pese a vivir con unos tipos de interés reales negativos (4,1% de inflación y 4% de tasa oficial), similar a lo sucedido tras la entrada en vigor del euro, ahora afectará más a las finanzas domésticas, apuradas por el encarecimiento de los créditos y las hipotecas del último año. En especial, en los niveles de renta más bajos. "Si a alguien le va a dar fuerte, es a ellos", advierte Angel Laborda, director del gabinete de coyuntura de la Fundación de las Cajas de Ahorro.

La inflación actual es similar a la del primer semestre del año pasado. El problema es que entonces el Banco Central Europeo (BCE) iniciaba las subidas paulatinas de los tipos con las que pretendía combatir los riesgos que se detectaban. Entonces, el índice de precios de consumo (IPC) se movía entre el 2,25% y 2,5%. Ahora, permanece en el 4%.

Las familias se encuentran con facturas de las compras y de los servicios igualmente abultadas, pero también con unas condiciones de financiación más duras. Su capacidad de gasto es menor porque tienen que destinar más recursos a afrontar los créditos pendientes y, al tiempo, no recurren a nuevos préstamos con la alegría de entonces.

CUENTA DE RESULTADOS Una situación de tipos altos es, en principio, beneficiosa para los bancos. Su actividad de prestar dinero se ve mejor remunerada. Tiene, no obstante, un reverso tenebroso cuando se conjuga con una inflación alta. "Si pensáramos solo en nuestra cuenta de resultados nos interesaría, pero provoca problemas para los clientes, y subidas de la morosidad, con lo que a la larga es perjudicial", señala Roberto Higuera, director general financiero del Banco Popular.

Pese a ello, Higuera sostiene que las entidades financieras no van a facilitar la concesión de nuevos créditos. A su juicio, los bancos ya han superado la falta de liquidez en los mercados interbancarios que se derivó de la crisis de las hipotecas basura de EEUU. Sin embargo, la desaceleración inmobiliaria ha inducido un cambio de ciclo económico que hace desaconsejable abrir la mano a ese tipo de negocio.

EN MANOS DEL BCE La capacidad de acción de los gobiernos sobre la inflación es limitada, con lo que resulta clave qué decisiones tomará el Banco Central Europeo sobre los tipos. Un experto de Funcas prevé que los subirá: "El euro fuerte neutraliza parte del encarecimiento del crudo, pero aun así tenemos una inflación altísima". Otras fuentes, por contra, estiman que los bajará en la segunda parte del 2008 para "hacer frente a la desaceleración económica".

La oficina estadística de la UE, Eurostat, avanzó que la inflación de la zona euro fue en noviembre del 3%, su nivel más alto en seis años y medio. Alemania y España, con un 3% y un 4,1%, son los más inflacionistas.