Los países de la zona euro que no apliquen una política presupuestaria rigurosa o que no acaten con rapidez las recomendaciones de sus socios comunitarios para corregir el déficit público excesivo serán sometidos a elevadas sanciones financieras semiautomáticas, según acordaron anoche los líderes de la Unión Europea (UE) en la primera jornada de la cumbre europea. El acuerdo abre la vía para endurecer el pacto de estabilidad y evitar otra crisis como la griega, que amenazó la estabilidad financiera del euro.

Los líderes de los Veintisiete también acordaron anoche crear un mecanismo de vigilancia macroeconómica para detectar las vulnerabilidades y los desequilibrios económicos internos de los países y para obligar a sus gobiernos a corregirlos. Las sanciones en materia de desequilibrios económicos solo se aplicarán a los países que hagan caso omiso de forma reiterada a las recomendaciones de sus socios, no por la situación económica o la efectividad de las reformas emprendidas, como quería España.

Sin embargo, los Veintisiete se encontraban divididos anoche sobre la amplitud de la reforma del Tratado de la UE, que reclaman Alemania y Francia, para establecer un mecanismo permanente de resolución de crisis financieras estatales y para penalizar políticamente a los estados que actúen con desidia en el control de sus cuentas públicas. La apertura de un nuevo proceso de reforma del tratado, siempre traumático y potencialmente explosivo, cuando el Tratado de Lisboa no lleva ni 11 meses en vigor, generaba mucha inquietud entre los distintos líderes.

DERECHO A VOTO La cancillera alemana, Angela Merkel, insistió en que los países que se muestren laxos en la corrección del déficit público deben perder temporalmente su derecho a voto en el Consejo de Ministros de la UE, como sanción política. Merkel precisó que el nuevo mecanismo de resolución de crisis debe incluir que los bancos y fondos de inversión acreedores del estado en apuros contribuyan al rescate del mismo mediante una quita de la deuda para reducir las aportaciones de los demás países europeos a ese rescate, a diferencia de lo que ocurrió con Grecia. "Necesitamos un mecanismo que incluya a los bancos y los fondos de inversión, que ganan mucho con elevados intereses, y que no sea solo el contribuyente quien cargue con todo el coste", explicó Merkel.

Mientras una posible reforma del tratado limitada a crear el mecanismo permanente de resolución de crisis comenzó a abrirse paso, la suspensión del derecho a voto de los países laxos continuaba encontrando anoche una firme oposición.