La Comisión Europea recordó ayer al Gobierno de Italia que si el análisis sobre las cifras de negocio de la española Abertis y la italiana Autostrade muestra que la fusión entre ambas tiene dimensión comunitaria, corresponderá a Bruselas analizar la operación y no estará "sujeta a ninguna tensión nacional".

El portavoz del Ejecutivo comunitario Michael Mann se refirió ayer a la fusión anunciada entre las dos compañías y que Roma no acepta en las condiciones en que ha sido planteada. De momento, Mann señaló que la Comisión se encuentra en "conversaciones previas a la fusión" con las dos empresas y que aún no ha recibido notificación oficial de la operación, algo que ocurrirá previsiblemente "en el mes de septiembre".

LA PRESENCIA DE ACS El Ministro de Infraestructuras italiano, Antonio Di Pietro, respondió que la decisión del Gobierno "no viola las normativas europeas" y que la operación sí que habría violado las normas italianas. "La no autorización a la fusión entre las sociedades Abertis y Autostrade ha sido debida a que entre los socios de Abertis hay una sociedad de construcción (en alusión a ACS) y no porque se trate de una empresa española", añadió.

Fuentes del grupo español defendieron que sin contar las inversiones que Abertis tiene en Francia, donde gestiona 1.771 kilómetros de Sanef, la operación ya tiene carácter comunitario. Oficialmente, la empresa presidida por Isidre Fainé reconoció ayer que se ha recibido el escrito que el Gobierno transalpino trasladó a la agencia pública que regula las concesiones, Anas, y que necesita tiempo para estudiar la respuesta.

Fuentes consultadas explicaron que la decisión del Ejecutivo de Prodi cogió por sorpresa al grupo de infraestructuras, puesto que en días anteriores había habido ciertos indicios que apuntaban a una actitud favorable. El bloqueo obliga a retomar las negociaciones, aunque cualquier solución no podrá alcanzarse a espaldas del Gobierno de Prodi, destacaron las fuentes consultadas. La estrategia defendida por Salvador Alemany, consejero delgado, considera que Abertis gestiona activos de públicos, lo que no puede hacerse en un clima de desencuentro.

POSICIONES ENCONTRADAS Pero no parece que el Gobierno italiano vaya a cambiar de opinión sobre la presencia de la constructora ACS en el capital de la nueva compañía fusionada, ya que la ley de privatizaciones de 1997 impide esa situación. Por esa razón, existe cierta resistencia entre los socios españoles a considerar un cambio en el accionariado del grupo. "Todos los accionistas estamos de acuerdo en que la operación siga adelante en las mismas condiciones que fueron aprobadas por las juntas de accionistas", comentaron. Las mismas fuentes insisten en que el requisito legal que impide la presencia de una constructora en las concesiones ha quedado obsoleto, puesto que solo tenía vigencia durante tres años.

Pero la posición de los socios no es tan unánime como parece, si se considera que desde La Caixa se ha dado a conocer la posibilidad de un posible cambio accionarial como fórmula para desbloquear la operación.

COLABORACION ITALIA-FRANCIA El ministro de Desarrollo Económico del Gobierno italiano, Pierluigi Bersani, ha pedido a las autoridades francesas que permitan la colaboración entre compañías de los dos países y que pueda haber adquisiciones de capital en ambas direcciones. Bersani subraya que es partidario de la cooperación de empresas de países distintos para formar grandes grupos europeos.