Los líderes de la Unión Europea (UE) se comprometieron ayer a impulsar en la cumbre del Grupo de los Veinte (G-20) del 1 y 2 de abril el establecimiento de unas normas muy rigurosas para regular el sistema financiero internacional y evitar que vuelva a repetirse una crisis como la actual que ha conducido a Europa y EEUU a la recesión. "El sistema financiero ha estado regido por una regulación demasiado laxa. Esto debe cambiar", destacó el presidente francés, Nicolas Sarkozy, tras concluir el Consejo Europeo de primavera.

La lista de reformas del sistema financiero adoptada por los Veintisiete de cara el G-20 incluye la regulación y supervisión de todas las entidades y fondos y el establecimiento de sanciones para los paraísos fiscales. Aunque la UE descartó la adopción de nuevos planes de reactivación como pedía EEUU, los líderes europeos se comprometieron a aportar 75.000 millones de euros para reforzar los recursos del Fondo Monetario Internacional (FMI). Esta inyección de capital permitirá que la institución disponga de suficiente capacidad de préstamo para evitar que ningún país vaya a la quiebra por la actual crisis.

ESTABILIDAD FINANCIERA Para completar los esfuerzos de la UE en favor de la estabilidad financiera y la reactivación económica, los Veintisiete acordaron doblar hasta 50.000 millones el fondo de ayuda a la balanza de pagos destinado a facilitar créditos a los estados miembros del Este en apuros. La UE ha concedido ya un préstamo de 6.500 millones a Hungría con cargo a ese fondo, otro de 3.100 millones a Letonia y ahora está negociando un crédito de 10.000 millones para Rumanía.

Los ministros de Economía y Finanzas de la zona euro se comprometieron asimismo a adoptar las medidas necesarias para ayudar a cualquier miembro que se encontrara en una situación crítica, ante las crecientes dificultades financieras que padecen Irlanda y Grecia, que deben abonar elevados tipos de interés en el mercado internacional para obtener financiación.

Durante la cumbre, Francia y Alemania se mostraron satisfechos con el cambio de actitud y el compromiso político de Luxemburgo y Austria (dos países con secreto bancario) de respetar las normas de transparencia y cooperación fiscal de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) y dejar de actuar como paraísos fiscales. "Si esta declaración política va seguida de hechos, estos países no estarán en la lista negra de paraísos fiscales", señaló Sarkozy.

Los Veintisiete descartaron celebrar la cumbre europea del empleo que promovían la presidencia checa y la Comisión, ante la hostilidad de algunos países a esa reunión por la falta de resultados prácticos que comportaría y el riesgo de crear falsas expectativas entre los ciudadanos.