El sistema de bonificaciones a la contratación, a través de rebajas en las cotizaciones a la Seguridad Social, ha dejado de ser eficaz en su objetivo de frenar la temporalidad y favorecer la contratación de colectivos desfavorecidos. Así lo expresaron ayer Paloma Bravo y Toni Ferrer, de CCOO y UGT, ante la Comisión de Trabajo del Congreso, que evalúa este programa de gasto.

Según los sindicatos, la casi universalización de los colectivos beneficiarios de estas ayudas ha derivado en un "efecto de peso muerto" o "efecto ganga", dando apoyo a contratos que se hubiesen realizado de todas formas. Las centrales proponen concentrar las ayudas en la contratación de víctimas de violencia de género, discapacitados, jóvenes y parados de larga duración.

La patronal coincide con los sindicatos. También en que las bonificaciones deben tener un ámbito temporal concreto. Además, el director de relaciones laborales de la CEOE, José de la Cavada, apuntó que deberían ser financiadas por el Estado, algo que, dijo, permitiría una rebaja de 1 punto en las cuotas y favorecer el empleo.