La reordenación del sistema financiero ya cuenta con su primer compromiso formal. La malagueña Unicaja y Caja Jaén anunciaron ayer su intención de fusionarse. La operación, auspiciada por la Junta de Andalucía, cuenta con el apoyo del Banco de España y no va a requerir ayuda ni del privado Fondo de Garantía de Depósitos ni del público Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB).

Además, ha quedado abierta a la "inmediata incorporación de otra(s) caja(s) que así lo deseara(n)". Todas estas circunstancias prueban que el anuncio de la unión supone todo un mensaje para el sector de las cajas en Andalucía y España. De hecho, las dos entidades tienen una situación cómoda y Unicaja, la octava de estas entidades por tamaño, es 34,2 veces más grande que Caja Jaén, la antepenúltima (32.206,7 millones de euros de activo, frente a 939 millones al cierre del primer trimestre), con lo que la operación no va a conllevar ningún cambio en el mapa financiero. El Banco de España también ve con buenos ojos que las dos cajas hayan roto el hielo de las fusiones, pues anhela que el proceso se inicie cuanto antes. En ámbitos financieros se afirma que el regulador ha acuñado la expresión "lo óptimo es enemigo de lo bueno".

Es decir, ha asumido que, ante la dificultad de impulsar por el momento fusiones interregionales, conviene auspiciar las intrarregionales cuanto antes. Además, la operación permitirá que Braulio Medel, presidente de Unicaja y persona cercana al PSOE, pueda continuar al frente de la nueva caja.