La nueva legislación europea garantiza el derecho de los usuarios a conservar el número de teléfono al cambiar de operadora y la compañía estará obligada a facilitar ese cambio en el plazo máximo de un día laborable. Los contratos deberán ser claros y dar información sobre precios y tarifas. Además, las nuevas normativas europeas permiten obligar a las compañías a separar funcionalmente sus infraestructuras de sus servicios comerciales para reforzar la competencia.

Un nuevo organismo europeo, que agrupará a los 27 reguladores nacionales de telecomunicaciones, emitirá dictámenes y recomendaciones sobre el funcionamiento del mercado y actuará como asesor.