En un escenario tan incierto como sigue siendo el actual, una zona económica puede estar abajo y, contra pronóstico, verse por encima de otra unas semanas después. Es lo que está sucediendo con Europa y Estados Unidos estos días. El continente sumido hace poco en la debacle del euro ha tomado aire gracias a datos macroeconómicos y resultados empresariales mejores de lo esperado.

Empujado por este viento, el Ibex 35 se apuntó ayer una subida del 2,61%, hasta los 10.302 puntos, una cota que no alcanzaba desde mayo. En línea con los principales indicadores europeos, que se movieron en alzas del 3% al 1,9%.

Lo más relevante visto con perspectiva es lo poco que han pesado en el ánimo de los inversores las advertencias del presidente de la Reserva Federal (Fed), Ben Bernanke, que el miércoles alertó sobre la "inusualmente incierta" recuperación. Hace bien poco, este mensaje hubiera bastado para hundir la confianza y los mercados a ambos lados del Atlántico. Pero ya no. De hecho, también Wall Street se movía ayer al alza. Los datos económicos y empresariales estadounidense no apuntalaron las dudas despertadas por Bernanke.

Un factor clave para provocar este buen momento ha sido la cercanía de la publicación, hoy al cierre del mercado, de las pruebas de resistencia (stress test , en inglés) de la banca europea. Los bancos volvieron a ser los motores del mercado español, como en los últimos días. Del resultado de las pruebas va a depender en buena medida que la tendencia se consolide. Y hay quien advierte "movimientos en algunas partes del mundo" para neutralizar su efecto positivo, como el consejero delegado de Bankinter, Jaime Echegoyen. La situación sigue siendo volátil e imprevisible.

Entre las empresas del Ibex 35, solo el BBVA fue de los grandes valores que registró ganancias, un 0,01%. Por el contrario, Iberdrola bajaba el 0,52%; Santander, el 0,32%; Repsol YPF, el 0,28%, y Telefónica, el 0,06%.