Freno a la expansión acelerada y consolidación del fuerte crecimiento que ha marcado la vida de Vueling desde el 2004. Y, para ello, reconsideración de la política de tarifas del último año, con previsibles aumentos de precios para ajustar ingresos y costes. Con estos mimbres, un nuevo plan estratégico y la unidad de todos los accionistas, el equipo gestor de Vueling, presidido por Josep Piqué, espera recuperar la senda de los beneficios y levantar su cotización.

Piqué se estrenó ayer como presidente del consejo de administración de Vueling ante los accionistas de la entidad, en la junta extraordinaria celebrada a petición del socio de referencia (Inversiones Hemisferio, del grupo Planeta), en la sede de la aerolínea en El Prat (Barcelona).

NI CONTROL NI GESTION El presidente de Inversiones Hemisferio y hombre de confianza de Lara, Josep Creuheras, reiteró ayer que la patrimonial quiere permanecer en la aerolínea y que no aspira "ni al control ni a la gestión". También destacó la "paz societaria" con la que se desarrolló la junta, tras el acuerdo entre Hemisferio y los socios fundadores de Vueling, Carlos Muñoz y Lázaro Ros, que comportó el abandono de los cargos de consejero delegado y director y su continuidad en el consejo.

Piqué destacó entre los puntos fuertes de la compañía disponer de una de las flotas de aviones más joven y homogénea del mercado; contar con bases en aeropuertos principales; el grado de satisfacción de los clientes y una buena evolución a la baja de los precios unitarios, además de tener unas "cuentas saneadas" y fortaleza financiera y de tesorería que permiten afrontar un cambio estratégico y de gestión.

Entre enero y septiembre, Vueling sufrió un descalabro en su principal entrada, la tarifa media por pasajero, que descendió de los 49,7 euros del 2006, a 37,5. El director financiero, Antoni Grau, explicó que la caída del precio de cada billete ha sido del 25%, 12 euros por pasajero, con un impacto en la cuenta de resultados de 75 millones.