Un día después de conseguir el crucial apoyo de la Unión Europea y tras comprometerse a respetar la "naturaleza multilateral" del Banco Mundial, Paul Wolfowitz, uno de los más poderosos y neoconservadores halcones de la Administración de George Bush y arquitecto de la guerra de Irak, fue confirmado ayer en Nueva York como el décimo presidente de la entidad.

Mientras un pequeño grupo de manifestantes protestaba, los 24 directores ejecutivos del organismo, del que forman parte 184 naciones, eligieron al hasta ahora subsecretario de Defensa de EEUU para suceder a James Wolfensohn. Así, Wolfowitz empezará el 1 de junio una nueva etapa en el Banco Mundial, que en el 2004 dedicó a sus objetivos cerca de 15.500 millones de euros.