Si a consecuencia de la crisis y de la subsiguiente caída de la recaudación tributaria el Gobierno se viera obligado a elevar los impuestos, en ningún caso se produciría un incremento elevado ni estructural. "Si se tuviera que tomar una medida fiscal coyuntural será moderada", se comprometió ayer el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, en una entrevista mantenida en RNE.

El jefe del Ejecutivo aprovechó su referencia a la política tributaria para rechazar las críticas a las que ha sido sometido por la oposición tras elevar los impuestos especiales que se aplican sobre los hidrocarburos y los tabacos. Según dijo, cuando bajo el mandato del PP se elevaba la presión fiscal, sus dirigentes lo llamaban "actualización", mientras que, cuando ahora se actualizan las tasas que se aplican sobre el combustible y el tabaco, se refieren a las mismas como "subidas" de impuestos.

20.000 MILLONES MENOS Zapatero insistió ayer en que el Gobierno que preside no tiene "ninguna intención" de subir los impuestos y pidió que la opinión pública reconozca que el PSOE ha reducido la presión fiscal progresivamente desde que llegó al poder. De acuerdo con sus datos, el actual Ejecutivo ha disminuido los impuestos por valor de unos 20.000 millones de euros, lo que equivale a dos puntos del producto interior bruto (PIB).

Eso significa, según dijo, que en España la presión fiscal es de unos siete puntos inferior a la media que se registra en la UE.

"Lo que hay que decir --reiteró el presidente Zapatero-- es que estamos en un momento de presión fiscal muy razonable", y que el objetivo de su Gabinete es que ese indicador siga siendo moderado, por lo que aseveró que no habrá ninguna decisión en materia impositiva o fiscal que suponga volver a los tiempos en los que la tasa de presión fiscal era del 34%, en clara referencia al periodo en el que gobernaba José María Aznar.