José Luis Rodríguez Zapatero se fue ayer de la cumbre de Londres con el convencimiento de que citas como esa generan "confianza" y "facilitan la recuperación" de la economía. Del documento consensuado por los líderes del G-20, el jefe del Ejecutivo destacó la aportación española en el acoso a los paraísos fiscales. "Despiertan indignación en los ciudadanos, y con razón, porque no están sometidos ni a las normas del Estado de derecho ni a la ética", afirmó, tras la clausura del encuentro.

El presidente español saludó la publicación de la nueva lista de esas jurisdicciones no cooperativas que la Organización para la OCDE debía publicar ayer. Algunos países del G-20, como China, no querían que la OCDE se responsabilizara del redactado del ranking. En el caso de Pekín, por temor a que fueran mencionados Hong Kong y Macao, lo que finalmente no ocurrió.

Según Zapatero, la diplomacia española colaboró, aunque no especificó cómo, en la consecución de ese pacto, que también se había convertido en un objetivo inapelable para el presidente francés, Nicolas Sarkozy.

En la mediación para conseguir que todos los países del G-20 se sometieran a los designios de la OCDE tuvo un papel relevante Barack Obama, que incluso, según argumentó un portavoz de la Casa Blanca, reunió en una sala al presidente chino, Hu Jintao, y a Sarkozy.

APLICACION DE SANCIONES La aplicación de las sanciones a esos estados con sistemas financieros poco transparentes quedará, dijo el mandatario español, en manos de los ministros de Economía.