El Ministerio de Defensa de México ha confirmado la muerte de Nacho Coronel, uno de los capos del cartel de Sinaloa, en un enfrentamiento con el Ejército mexicano en el estado de Jalisco, en el oeste del país.

El general Edgar Luis Villegas explicó en rueda de prensa que el Ejército realizó en Guadalajara, capital de Jalisco, una "operación de precisión para aprehender" al narcotraficante, quien intentó evadir su detención y abrió fuego para matar a un militar y herir a otro. "Por lo que al repeler la agresión, falleció el referido capo", dijo el mando militar.

En la operación también fue detenido Irán Francisco Quiñónes Gastélum, quien era el hombre de mayor confianza de Nacho Coronel.

El operativo militar tuvo lugar en el barrio Colinas de San Javier, en Guadalajara, donde el barón de la droga contaba con dos residencias que empleaba como "casas de seguridad" (base de operaciones), donde se encontraron armamento, joyas y vehículos que, dijo el general Villegas, están siendo contabilizados. Según la policía, el capo fallecido dirigía las operaciones de tráfico de cocaína en los estados de Jalisco, Colima, Nayarit y parte de Michoacán, en el litoral del Pacífico.

BAJO LA ESTELA DE 'EL SEÑOR DE LOS CIELOS'

Coronel era uno de los principales jefes del cartel de las drogas de Sinaloa, organización que encabezaba junto con Joaquín El Chapo Guzmán e Ismael Zambada, El Mayo. Nacido en Durango, inició sus actividades delictivas bajo las órdenes del narcotraficante Amado Carrillo Fuentes, conocido como El Señor de los Cielos y considerado uno de los capos más poderosos de México, que murió en 1997 durante una cirugía plástica.

Después de la muerte de Carrillo, según la Secretaría (ministerio) de la Defensa Nacional, Coronel se unió a la organización de El Chapo y llegó a convertirse en uno de los principales cabecillas del cártel de Sinaloa.

Por su captura, el gobierno mexicano ofrecía 30 millones de pesos (2,3 millones de dólares) y el de Estados Unidos 5 millones de dólares.

POSIBLES REPRESALIAS

Hace siete meses, el Ejército mexicano también mató a Arturo Beltrán Leyva, rival de los capos de Sinaloa, en una operación en Cuernavaca. Entre su cartel y el de Sinaloa se habían cobrado hasta diciembre del 2006 la vida de 25.000 personas.

El presidente de México, Felipe Calderón, declaró la guerra a los cárteles cuando llegó al poder enviando a los principales puntos conflictivos a 45.000 soldados y 20.000 agentes federales. Expertos consultados advierten de que la muerte de Coronel puede tener una reacción muy violenta por parte de sus herederos, como ya sucedió con Beltrán Leyva, cuando sicarios mataron a la madre, dos hermanos y una tía de un militar que participó en el operativo de captura.