Durante las dos legislaturas de José Luis Rodríguez Zapatero, cada vez que el Ejecutivo se enfrentaba a una dificultad, se apuntaba a los problemas de comunicación para trasmitir a la sociedad las supuestas bondades de su acción de Gobierno. Mariano Rajoy siguió ayer esta estela y ante el primer tropiezo electoral del PP desde que los conservadores llegaron a la Moncloa, que se ha traducido en la pérdida de ocho escaños en el Parlamento Europeo respecto al 2009, evitó la autocrítica. En un comité ejecutivo que los populares dedicaron íntegramente al análisis del resultado de los comicios del domingo, Rajoy sacó pecho al recordar que el PP ha ganado (con 16 escaños, frente a los 14 del PSOE) y y achacó la pérdida de apoyos a que el Ejecutivo y el PP no han sabido trasladar que su política de austeridad es el único camino viable para sacar a España de la crisis. Curiosa tesis, dado que el mensaje de que España, gracias los conservadores, ha iniciado la senda de la recuperación económica ha sido la idea que machaconamente han repetido en la campaña.

Pero a Rajoy no le parece suficiente (a tenor de los votos cosechados) y por eso ha encargado lo que la secretaria general, María Dolores de Cospedal, definió en rueda de prensa como un "plan especial de acción" tanto en el Gobierno como en el partido, que consistirá en hacer más pedagogía e intensificar la movilización, con la vista puesta en "recuperar la ilusión" de los votantes del PP.

EL VOTO DE CASTIGO Y es que el nucleo duro del Ejecutivo y del partido atribuyen a un problema de "confianza e ilusión" y no a un fallo en sus políticas que los conservadores hayan perdido 2,6 millones de votos respecto a las europeas de hace cinco años. Y se consuelan con que la mayoría de los votantes del PP se han quedado en casa y no han respaldado a otras formaciones, por lo que, interpretan, son más fáciles de recuperar de cara a la doble cita electoral (locales y autonómicas, por un lado, y generales, por otro) pendientes para el 2015. Asimismo Rajoy pidió ayer un análisis pormenorizado de los datos por regiones que podrían acarrear, según reconocen fuentes de la dirección, cambios orgánicos tanto a nivel nacional, como autonómico y municipal.

Precisamente la presidenta de Madrid, Esperanza Aguirre, pidió en el comité ejecutivo que se produzcan cambios "internos y externos" en el partido pero, a tenor de la respuesta que Cospedal ofreció sobre esta petición a la prensa, es más probable que la renovación afecte a los presidentes regionales y alcaldes en cuyos territorios el análisis encargado constante que su poder se tambalea, más que en un cambio de caras en la cúpula del PP.

EL CONFLICTO CATALAN La situación en Cataluña, pese a el aval en las urnas al bloque pro consulta, no fue motivo de debate. Si bien Cospedal sorprendió en la comparecencia al negar el "avance del independentismo" con el argumento de que los partidos soberanistas se han dejado 1,5 millones de votos respecto a las elecciones autonómicas. "De ninguna manera. En el PP no lo creemos así el avance. Sin embargo hay un toque de atención muy serio a aquellos que gobiernan Cataluña por la deriva en la que han entrado", dijo.