«Era la primera vez que votaba y los políticos no han conseguido formar gobierno, pero eso no significa para mí que no haya servido para nada, porque el pasado 28 de abril se demostró a nivel nacional e internacional que cuando España sale a las urnas y no hay abstención, es un país de izquierdas, con todo lo que ello implica: es tolerante y abierto», dice Cristina Núñez, 20 años, de Olivenza y estudiante de Cocina. El pasado 28-A se estrenó como electora.

«Ahora sigo sabiendo -continúa- de quién no quiero coger la papeleta, pero tampoco sé a quién quiero dar ahora mi apoyo. Lo que tengo claro es que voy a ir a votar, porque aunque los políticos no hayan sabido hacer su trabajo, es un derecho que ha costado muchas vidas y por ello no tiene que desperdiciarse ni verse como algo que no merezca la pena».

Y remata esta joven: «No castigues a los políticos sin ir a votar, castígalos yendo a votar y haciendo que pierdan aquellos que quieren fomentar el odio más que solucionar problemas».