«Las promesas electorales (desbloquear el gobierno, bajar el desempleo, acabar o iniciar una determinada obra...) son el punto fuerte de las campañas, pero después de ganar las elecciones el ciudadano se da cuenta de que ha sido engañado otra vez. Creo que es un gasto innecesario de dinero, papel y energía que podría aprovecharse de otra manera. Por no hablar de todas las noticias falsas en las redes sociales, un verdadero caos. Por todo esto creo que es inútil volver a hacer lo mismo», expresa Diego Bellini, 41 años, un italiano residente en Badajoz que actualmente se está formando como quiromasajista. Él no cuenta con derecho a votar en las generales por tener nacionalidad de otro país, solo acude a las urnas en las municipales, pero manifiesta una opinión muy clara, desde fuera, de qué significa este periodo electoral.

«No me gustan los políticos -prosigue Bellini- y creo que es necesario un ‘reseteo’ general, empezar desde cero, cambiando el sistema así como la forma de hacer esa política».